Ignacio Scocco se lamenta: el delantero falló una jugada increíble, con el arquero vencido la tiró por arriba. (MARCELO CARROLL)

A 2500 metros sobre el nivel del mar, recibió un golpe de entrada, no se afirmó y desaprovechó un par de chances claras para descontar. Ahora, tendrá que apelar a una remontada épica.

Es una noche de fiesta en Cochabamba, que celebra 207 años de su Independencia. Y Jorge Wilstermann no está dispuesto a que River, el coloso de la banda roja en Sudamérica, arruine este colorido aniversario. Pero mucho menos se espera en estas tierras un rival tan desangelado, sin reacción ni contundencia. Y durante la mayor parte del partido, así se mostró el Millonario. Recién en los últimos veinte minutos, cuando estaba dos goles abajo, encontró alguna luz. No la tuvo Scocco, que falló increíblemente en la boca del arco. Olivares fue puro reflejo ante Nacho Fernández y Pity Martínez. Y termino goleado, humillado, con una pregunta inquietante: ¿cómo hará para revertir esta historia con tan lamentable rendimiento?

River no estuvo a la altura. Y nada tienen que ver los 2500 metros sobre el nivel del mar. Jugó mejor Jorge Wilstermann. Fue más inteligente, pegó en los momentos justos. Y no para de voltear gigantes. Palmeiras, Peñarol y Atlético Mineiro sucumbieron en Cochabamba. También, el equipo de Gallardo, que ni siquiera se llevó un grito de sus dos mil hinchas del estadio Municipal. Y se sabe, en la Copa Libertadores, sin goles de visitante no hay paraíso.

Marcelo Gallardo jugó al misterio en las horas previas. Recuperado Ariel Rojas de una distensión en el aductor de la pierna izquierda, dudaba entre reforzar la mitad de la cancha, una tendencia cada vez que visitó una ciudad con altura. Y durante la tarde, recién llegado de Santa Cruz de la Sierra, circuló el nombre de Carlos Auzqui como compañero de Ignacio Scocco. Finalmente, el Muñeco apostó a dos puntas pero eligió a Rafael Santos Borré en el rol de segunda punta. Y afrontó el partido a bordo de un 4-4-2 que apenas duró el tiempo que tardó Jorge Wilstermann en vulnerar a Germán Lux.

River, sin altura para resistir ni definir, fue humillado y quedó al borde de la eliminación

La hinchada de River en Cochabamba acompañando al equipo. MARCELO CARROLL

Como una ráfaga roja, el equipo boliviano se lanzó encima del área de River y generó tres córners en cinco minutos. Y el tercero fue el vencido. Bergese, un cordobés que brilló en Instituto mandó un centro picante y Zenteno, que hasta último momento estuvo en duda por una lesión, clavó una volea inatajable.

Ganaba Jorge Wilstermann y River estaba aturdido. Entonces, como Gallardo no quiere jugadores en posiciones fijas, Enzo Pérez se despegó de Leonardo Ponzio y trató de conducir; Pity Martínez se volcó de derecha al centro y liberó el carril de Jorge Moreira. Pero pocas veces se proyectó el paraguayo. Por la izquierda, Nacho Fernández generó alguna complicación, pero sus desbordes nunca fueron aprovechados por Santos Borré. Y a decir del colombiano, por lo visto en el torneo local y la Copa, le cortará adaptarse a la exigencia. Perdió siempre con los centrales locales. Fue inofensivo.

No fluía el juego de River por adentro, zona que Saucedo dominó con cortes quirurgicos, y tampoco por afuera. Y aunque ganó la posesión (72 por ciento), los bolivianos fueron más prácticos. Y no terminaron 2 a 0 arriba porque Serginho estaba en offside y el juez asistente brasileño estuvo atento.

River sólo había inquietado con algún tiro de media distancia de Martínez, quien aprovechó la diagonal para explotar su zurda partiendo desde la derecha. En el segundo tiempo, Pity se estacionó por la izquierda. Y le generó preocupaciones a Jorge Wilstermann en los primeros instantes de la parte final. Pero cuando estaba a tiro del empate, recibió el golpe letal. El brasileño Alex Silva detuvo sobre la línea un cabezazo de Scocco y en la jugada siguiente, el Aviador pegó el segundo grito de la noche en Cochabamba. Desarticulado a espaldas de PityPochi Chávez aprovechó la endeble oposición de Milton Casco y asistió a Gilbert Alvarez, que anticipó a Jonatan Maidana y venció a Lux.

Gallardo se cansó de Borré. Y le dio pista a Auzqui. Aunque siempre fue Pity el que más peligro produjo por su perfil más habitual. Así y todo, Jorge Wilstermann fue astuto para contraatacar. Y casi marca el tercero Zenteno. Otra vez acertó el línea. Pero será Scocco el que no olvide esta noche negra como su camiseta por esos goles que no pudo hacer debajo del arco. Olivares hizo lo suyo. Pero siempre quedó mal parado River. Y los bolivianos le dieron el mazazo final con un bombazo de Machado. ¿Habrá sido el final de la serie?

 

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