Cumplió con todos los pasos que debe dar un ciudadano. Presentó una denuncia, tras ser víctima de un millonario robo, reclamó que el caso se dilucidara, se hizo cargo de la querella contra los acusados hasta que los condenaron. A partir de ese momento comenzó a sufrir una pesadilla de la que también son parte su familia y sus vecinos.
Todo comenzó el 11 de agosto de 2021, cuando en medio de la noche, cinco ladrones fuertemente armados, se metieron a su casa, en avenida Alem al 2.000, apoderándose en forma violenta de medio millón de pesos que estaban guardados en la caja fuerte de la farmacia contigua, 130 mil euros y $ 800 mil en oro.
Norma del Cármen Gutiérrez no se encontraba en la casa, donde solo estaban sus hijas y sus dos nietos, ya que por esos días realizaba un viaje por Europa, pero cuando regresó, siguió todos los pasos processales que se requieren para que con la condena a los culpables, supuestamente se de vuelta la página. Pero no sucedió así.
La investigación fue rápida. Advertidos sobre un posible trabajo interno, los incestigadores detuvieron a Nadia Agustina Albornoz, empleada doméstica de la familia asaltada. Junto con ella cayeron Walter Martín Godoy y Lautaro Miguel Agustín Juáre, sindicados como parte de la banda que concretó el millonario asalto.
El 12 de octubre pasado, el juez Dante Ibáñez sentenció a los dos varones a una pena de 10 años de cárcel. Habían sido reconocidos por sus víctimas y las cámaras de seguridad. La mujer recibió una condena de 8 años, por ser quien dejó abierto un portón de la casa para que entraran sus cómplices.
Desde ese día, familiares de los delincuentes condenados por la justicia se dan cita casi todos los días en la cuadra donde se produjo el asalto, para protestar quemando cubiertas a metros de la vivienda de quienes también son objeto de agresiones y escraches en las redes sociales.
El juez Ibáñez, al enterarse de lo que estaba sucediendo, ordenó una custodia de 24 horas durante 15 días para proteger a las víctimas. “Lamentablemente no se está cumpliendo su disposición, lo cual también es grave”, lamentó el abogado querellante, José del Río. “El personal de la seccional 13ª, cada vez que los llamamos se presentan rápido, pero tampoco es la cuestión”, explicó Gutiérrez.
La mujer ensayó una larga lista de lo que vive desde que se conoció el fallo. “No estamos tranquilos. Pasan por la puerta y nos insultan. También molestan a nuestros hijos. Nos ponen todo tipo de cosas en las redes sociales y, fundamentalmente, molestan a los vecinos. Así no se puede vivir”, explicó.
Gutiérrez, casi al borde del llanto, explicó que todavía no puede recuperarse del perjuicio que sufrió y, con estas protestas, a su local no ingresa nadie. “La verdad es que estamos ante una situación muy dolorosa. No entendemos por qué tenemos que sufrir estas consecuencias. Nosotros no dictamos ninguna sentencia. Lo único que hicimos es denunciar el daño que sufrimos”, concluyó.