Casi un millón y medio de dólares en viáticos truchos de viajes presidenciales. La justicia prepara para después de la feria judicial el procesamiento de los funcionarios que, bajo la órbita de la Secretaría General de la Presidencia, eran responsables de rendir el dinero público gastado por la comitiva en viajes oficiales. La investigación implica también a los ex secretarios Eduardo “Wado” De Pedro y Oscar Parrilli, además de la ex Presidente, Cristina Kirchner. Las rendiciones sospechadas son de un total de 37 viajes presidenciales entre 2013 y diciembre de 2015.
Un informe de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) y una auditoria interna de la Secretaria General de la Presidencia demuestran que no sólo se justificaron US$201.903 de viáticos con facturas truchas en el segundo semestre de 2015, sino que se trató de una maniobra sistemática que implicó un perjuicio al Estado de US$1.245.686.000 entre 2013 y el primer semestre de 2015. En total, funcionarios de la Secretaría General de Presidencia se quedaron con casi un millón y medio de dólares de viáticos a través de facturación apócrifa.
“Es una causa que se ha investigado mucho y ha avanzado, tanto que estamos con serias presunciones de que ha habido falsificaciones”, indicó a Clarín el juez Rodolfo Canicoba Corral, al frente de la investigación. A cargo del juzgado Federal 6, el magistrado arriesgó: “Los montos (de las rendiciones con facturación apócrifa) podrían ser mayores a los investigados hasta el momento”.
Canicoba Corral indagó en noviembre a tres ex funcionarios de Casa Rosada, responsables directos de la rendición de gastos. La investigación judicial comenzó a principios de 2016 después que Clarín publicara los resultados de la auditoría interna que ordenó Fernando De Andreis, secretario General de la Presidencia de Mauricio Macri. En esa investigación administrativa –que se ordenó por la advertencia de empleados de la Rosada que comentaron a las nuevas autoridades sobre “facturaciones truchas” y un aceitado “modus operandi”– se analizaron los “gastos rotatorios” que iban del 1 de julio al 9 de diciembre de 2015.
Ya entonces, desde Casa Rosada advertían: “Estas facturas truchas son recién una parte. Creemos que hay mucho más. Estamos auditando de julio para atrás y ya vimos inconsistencias en las rendiciones”. No se equivocaron.
Hecha la denuncia penal, el fiscal Ramiro González solicitó diferentes medidas de prueba que luego fueron ordenadas por el juez. Entre ellas un informe de los “gastos rotatorios” de la SIGEN. En su respuesta, el organismo presidido por Ignacio Rial, no se limitó a analizar solo los viajes del segundo semestre de 2015, sino que extendió la auditoria a todo el 2013, 2014 y primer semestre de 2015. Y comprobó que la metodología se repetía.
Uno de los casos paradigmáticos es el viaje a Chile que la ex presidente realizó entre el 10 y 14 de marzo de 2014. Cristina viajó para la asunción de Michelle Bachelet y la comitiva se hospedó en el Gran Hyatt de Santiago de Chile. Por esa estadía, los ex funcionarios presentaron facturas por US$ 48.833 pero el Hotel informó que el monto real facturado era bastante menor: US$ 21.209,37.
Lo mismo sucedió en septiembre de 2014 cuando Cristina viajó a Roma y Estados Unidos. En su primer escala, la comitiva se hospedó en el Hotel Edén y se pagaron US$140.028,26, pero se rindieron gastos por US$225.539,94. En 2013, el caso más llamativo fue el viaje a Uruguay en julio, cuando se rindieron gastos por US$52.230 y los proveedores informaron que cobraron US$13.078.
Fuente: Clarín