El Ente Tucumán Turismo (ETT) ofrece a los turistas el recorrido gratuito de productores tucumanos en los Valles Calchaquíes. Una cita para sorprenderse y disfrutar de los mejores vinos durante toda la temporada de verano.
Quienes visiten Tucumán por estos días, o los propios habitantes de la provincia que quieran disfrutar de sus propios atractivos, tienen la posibilidad de hacerlo de manera gratuita, todos los sábados, en un recorrido que se hace por la denominada “Ruta del Vino”. Las salidas son desde Tafí del Valle. Una vez en la combi, el visitante se encontrará con un mundo en el que los sentidos juegan un papel muy importante. Diario Cuarto Poder participó de esta experiencia acotada a cuatro emprendimientos productivos, de los cuales compartimos dos en esta primera parte de un informe imperdible.
El Sueño de la bodega propia de la comunidad indígena de Amaicha
El primero de ellos fue el surgido en la Comunidad Índígena de Amaicha del Valle, en donde fuimos recibidos por el cacique Eduardo “Lalo” Nieva, quien presentó el vino malbec “Sumak Kawsay”, que significa “el buen vivir”. Con el sabor del vino aún presente en cada uno de los que realizaron la degustación, Nieva explicó el modo de organización de su comunidad, en donde su jerarquía está precedida por una Asamblea General de Comuneros Indígenas y un Consejo de Ancianos. Señaló que como cacique es una especie de Ejecutivo de las decisiones que tomen los anteriores poderes, a los que se suma la guía espiritual de la Pachamama.
Sostuvo que el concepto del “Buen Vivir” es el que mueve a toda las comunidad en el desarrollo de acciones productivas que beneficien al conjunto. En ese sentido remarcó que la bodega es una realidad, teniendo en cuenta que crea fuentes de trabajo, porque unos 60 productores de viña dejan su uva para el procesamiento. “Nosotros no tenemos intermediarios y la comunidad ha sido reconocida como sujeto tributario por la AFIP hace tres meses, lo que es algo único e inédito”, subrayó Nieva, quien anticipa que se avanzará en nuevos emprendimientos similares en los que se desarrollará la quinoa y el pimentón, entre otras producciones.
“Esta es una prueba concreta de que se puede”, resaltó el cacique, quien enfatizó en que el concepto del Buen Vivir también está relacionado con las artesanías, los alimentos y el turismo comunitario. Un contingente de turistas, llevados en este recorrido gratuito, procedieron a degustar el vino elaborado por la comunidad, del que emitieron opiniones más que favorables.
Italianos hallaron la libertad en el paisaje
Beatrice y Giaccomo Spaini, además de ser un matrimonio unido por el amor comparten la misma pasión por la aventura y las motocicletas. Haca años, realizando un recorrido por la ruta 40 en ese tipo de vehículos, descubrieron la belleza de nuestros Valles Calchaquíes. Allí soñaron y convirtieron en realidad su emprendimiento, “Albarossa”, que produce las variedades de torrontés y malbec, además de ofrecer en menos de dos semanas la posibilidad de hospedarse en su acogedoras 9 habitaciones.
Pero Nicolo o Nicolás, su único hijo que está estudiando la licenciatura en Enología en Mendoza, es el que define el concepto de enamoramiento de este lugar. “Miramos en 360 grados, vemos toda la belleza que nos rodea y nos sentimos libres”, sostiene el joven que es fanático de la Roma y de Francesco Totti. No podía ser de otra manera, porque la familia reside en la capital italiana y alterna esa residencia con períodos en los que permanecen en este verdadero paraíso tucumano. Su producción vitivinícola se vende en el país, pero también alimenta a los restaurantes con los que cuentan en Italia, en donde Beatrice reconoce que el torrontés, por sus características únicas, es muy valorado. La misma valoración que le damos al degustar su producción y sentir el sabor frutado en las papilas gustativas.
El emprendimiento es llevado adelante, en ausencia de sus propietarios, por el gerente Andrés Höy (se pronuncia “joy”), quien cuenta con la colaboración de su hija, Tania Höy, licenciada en Enología y que explica con claridad a los visitantes porqué el vino que se produce en estas latitudes tiene esas características tan especiales. El clima, la luz, el calor durante el día y el frío durante la noche, además del riego y los cuidados específicos del cultivo, son los que determinan la calidad del producto. Son 12 hectáreas de viñas que se irán ampliando, lo mismo que el emprendimiento hotelero, del cual esta familia italiana tiene experiencia. El jardín, de un intenso verde y con plantas que muestran sus flores, enmarca a una piscina que tiene la particularidad de aumentar entre 5 y 6 grados su temperatura, gracias a un sistema de termotanques solares. Todas las comodidades están al alcance de la mano para el visitante, que puede combinar el placer de tomar un buen vino, descansar y desconectarse del “mundanal ruido”.
En el próximo informe, reflejaremos la visita a las bodegas de Chico Zossi y de Estancia Río de Arena, de Baltasar Chico Zossi y Roberto Carro, respectivamente.