Si Argentina frente a Perú generó 11 situaciones de gol y no pudo convertir ninguna, profundizando así la falta de eficacia que arrastra desde hace tiempo, entonces ante Ecuador tendrá que ser capaz de aumentar el caudal de chances para intentar lograr la bendita contundencia que hoy tanto escasea. Para ese objetivo necesita crecer el volumen de juego y ajustar el sistema ofensivo, además de afinar la puntería. Eso justamente parece haber detectado Sampaoli y por ese motivo analiza dos variantes de nombres y otras dos posicionales.
1) Problemas en el centro. El entrenador sacaría a Banega para colocar en la función de doble cinco a Enzo Pérez. El sobrevaluado primer pase de Ever no pesó contra Venezuela ni Perú. Tanto él como Biglia jamás pisaron el área rival. No hubo llegadas por sorpresa sin pelota ni pase filtrado. Los pasillos internos que se producían sólo cuando Messi retrocedía en el campo nunca fueron aprovechados por la aparición de los volantes interiores, más aptos para la distribución pero sin cambio de ritmo ni recorrido largo para romper y pisar el área. Enzo Pérez, en cambio, sí puede aportar esa llegada que tanto precisa Leo. Ya sea para arrastrar marcas, liberando así espacios para el 10, como para ser opción de pase en zona de definición. Un rol que el volante de River, por sus características de “llegador”, es capaz de cumplir.
2) Problemas en los carriles. Di María y el Papu Gómez, extremos ante Perú con perfil invertido, jamás aprovecharon lo que en teoría aparecía como un arma para generar peligro: la diagonal de afuera hacia adentro, vital para ganarle la espalda a la línea de volantes rival. A pierna cambiada no fueron productivos para el desborde, algo lógico de antemano, ni para pisar el área por sorpresa. Si se confirmara la titularidad del Toto Salvio, Messi tendrá como potencial socio por la derecha a un extremo de recorrido largo, profundo y con gol. Alguien capaz de arrancar desde atrás y arribar al área. Además, ese cambio depositaría a Di María sobre la banda izquierda, la zona donde sí aporta desborde, como se observó en los partidos ante Uruguay y Venezuela. Y la otra modificación sería el adelantamiento de Acuña a la línea de volantes, otro que también puede aportar profundidad por afuera. Aunque hay un concepto clave: no alcanza la amplitud en ataque si no hay presencia en el área. Lo que se produce afuera debe capitalizarse adentro. ¿Acaso para qué sirve el uno contra uno en la banda sin superioridad por el centro?
3) Inferioridad numérica. Cada vez que Messi tomó la pelota cerca de la mitad de la cancha, la imagen ampliada del campo era implacable: tenía al menos a nueve rivales detrás de la línea de la pelota. Así se hace difícil. Más si no existe movilidad para la fabricación de espacios, algo que sólo intentó muchas veces con éxito Benedetto.Para aumentar el volumen de juego, se necesitan jugadores que rompan líneas, que toquen y pasen. Los interiores no lo hicieron, sí Mascherano conduciendo desde el fondo. Por eso, en ese contexto y ante esa necesidad, Enzo Pérez y Toto Salvio, los posibles ingresos para el partido ante Ecuador, cumplen en la teoría con esas características. Ojalá funcione.
Fuente: Olé