Por Fabián Seidán – Diario Cuarto Poder/La ministra de Salud, Carla Vizzotti, confirmó que a partir del 16 de noviembre estará habilitada con un 100% de aforo la presencia de hinchas en los estadios. ¡No antes! Por eso, las autoridades de San Martín deberán estar atentas y poner especial énfasis en controlar que se cumpla la cantidad permitida de hinchas para no lamentar penalizaciones de la AFA.
Abriendo el paraguas
Todos imaginamos el lunes a la Ciudadela llena, colmada de hinchas eufóricos, gritando y vivando hasta la afonía al club de sus amores; buscando frente a Tigre, el pasaje a la gran final de la Primera Nacional. Es que sólo el triunfo le sirve al Santo para poder pelear por el ascenso directo a la Liga Profesional de Fútbol (LPF).
Desde Catamarca a Corrientes y desde Jujuy y Tierra del Fuego, llegan mensajes de hinchas entusiasmados que quieren hacerse socios para poder estar el lunes a las 19 en el estadio. Todos sabemos lo que mueve San Martín y lo que sus hinchas son capaces de hacer con tal de acompañar a su equipo. Ya lo vimos en 1988 en Chaco; en 1992 en cancha de Almirante Brown; o durante el ansiado ascenso a la B Nacional en 2006, primero en Bahía Blanca ante Mitre y luego en Mendoza, frente a su homónimo. Y todavía bulle en las retinas de cada Santo, ese estadio repleto que explotaba de gente en la goleada y vuelta a Primera frente Sarmiento, en 2018.
Por eso -sabiendo todo eso-, habrá que tener cuidado y mostrarle al país que San Martín y su pueblo están preparados y a la altura para jugar de nuevo en la elite de la Primera División.
Mucho tiempo sin ir a la cancha
Un año y seis meses debieron esperar los hinchas para poder volver al estadio tras alcanzarse un acuerdo entre el Gobierno Nacional y las autoridades de la AFA y la LPF. Así, desde el pasado 1° de octubre se habilitó el regreso del público, pero sólo con un 50% de aforo permitido. Un mes después, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, salió a anunciar que desde el martes 16 de noviembre (día en el que juega la Selección contra Brasil) recién volverá a estar permitido el 100% del aforo.
Al principio, la propuesta era que cada cancha pudiera recibir un porcentaje de su capacidad total (un 30%), con entradas destinadas sólo a socios y bajo los estrictos protocolos sanitarios establecidos por el Ministerio de Salud. Finalmente, se llevó la cantidad del aforo al 50% (la que rige actualmente). Llenar el estadio puede jugar en contra del futuro del club.
Algunos ejemplos a tener en cuenta son los allanamiento realizados a los estadios de Vélez, River y Boca, el pasado mes, donde las autoridades de los clubes quedaron imputadas por la violación de los artículos 205 y 239 del Código Penal, que establece penas por violar las medidas adoptadas para impedir la propagación de una epidemia y por excederse en la cantidad de espectadores permitida en el regreso del público a las canchas. En el caso de Boca, por ejemplo, el fiscal denuncia que estuvieron presentes en el estadio 30 mil personas, cuando el máximo permitido era de 26.500. Muy finito, para ver, analizar e imputar.
San Martín no debería subestimar a los organizadores, ya que sabemos que las relaciones con los “popes” de la AFA no son las mejores, menos luego de que el Santo los llevara hasta los tribunales de Suiza (TAS) por la disputa legal abierta en 2020 tras el ascenso no reconocido, cuando lideraba el torneo con 44 puntos y de un plumazo suspendieron todo, con la excusa de la pandemia.
La terna arbitral en la mira
Pero el aforo no es el único rival difícil de “controlar” en este partido. Las miradas también se posan en la terna arbitral designada para dirigir el juego frente a Tigre. Es que, tras el sorteo, se supo que el árbitro para impartir justicia será el siempre polémico Fernando Espinoza, que dicho sea de paso, viene de dirigir mal el partido entre Vélez y San Lorenzo.
La terna la completan Pablo González como primer asistente y Pablo Gualtieri como segundo. De hecho, González es otro que no fue del agrado para San Martín. Este juez de línea estuvo en el partido que protagonizaron Brown de Adrogué y Barracas Central recientemente (con victoria para el equipo de Claudio Chiqui Tapia por 2 a 1) y donde no le cobraron un claro penal al Tricolor. Como cuarto árbitro pusieron a José Carreras, quien tampoco es “garantía de confianza”.
El rival también juega
Finalmente y ya en lo estrictamente deportivo, el Santo deberá vencer sí o sí a Tigre, el “Matador de Victoria”, si quiere jugar la final del torneo frente al ganador de la otra zona. No sirve otro resultado. Para ello, el equipo que dirige Pablo De Muner, deberá hacer un partido casi perfecto, más aún teniendo en cuenta el buen nivel que viene mostrando el rival y, sobre todo, el presente del goleador del torneo, Pablo Magnin que ostenta 21 tantos en 31 juegos.
Por lo pronto, el Santo ya venció a Tigre en el torneo y de visitante, con gol de Leandro Vella a los 35 minutos del Primer Tiempo, en un partido donde el equipo de la Ciudadela mostró mucha personalidad y aplomo para quedarse con el match.
Sólido desde atrás hacia adelante
San Martín tiene buenas razones para salir airoso en este duelo: Un arquero como Ignacio “Nacho” Arce, que está entre los mejores del Continente y que tiene la valla menos vencida del certamen; un capitán experimentado como Hernán Pellerano, que a sus 37 años se transformó en el líder nato del equipo. El “Mariscal” cuenta en la zaga con el apoyo incondicional de Hernán Lopes, Nicolás Sansotre y Lucas Diarte. Todos se complementan, todos defienden y se cubren cuando alguno se suma al ataque.
En el mediocampo, los nombres varían, no sólo por estrategias del DT, sino principalmente por lesiones. Allí hay gente de muy buen pie como el internacional “Tino” Costa, dueño de una pegada magistral; Ariel Chávez, el rosarino que le gusta gambetear y que tiene llegada al gol; y Leandro Vella, un delantero que prefiere arrancar de atrás y que a veces actúa de enganche.
Para recuperar está Rodrígo Herrera, un joven que supo ganarse el puesto por el ímpetu impuesto en cada partido, en cada pelota que disputa.
Después están los “González”, Daniel y Lucas, y Matías Ballini, que cuando ingresan aportan sacrificio, juego y gol.
Y en la delantera están Marcelo Estigarribia, un 9 de raza que se muchas veces se tira atrás para colaborar con la recuperación de la pelota y armar los ataques junto a Lucas Cano, el otro atacante que trabaja más como “asistidor”.
A todos se suman jugadores como el experimentado Juan Imbert, el barbado Orellana, el atrevido Cuevas y el desfachatado de Sinisterra. Entre todos hacen un combo perfecto para que el Santo se atreva a soñar a lo grande.