El Senado derogó el insólito sistema de sobresueldos pero lo cambió por otro en el que continúan los gastos poco razonables.
Después de décadas de vigencia de uno de los curritos más insólitos de la administración pública, Gabriela Michetti emitió ayer un decreto administrativo que acaba con el insólito sistema que permitía a los senadores canjear por dinero en efectivo 20 pasajes de avión y 10 ómnibus cada mes y así hacerse de un suculento sobresueldo que llegó a ser de más de 90 mil pesos mensuales.
No hubo grietas entre las principales bancadas del Congreso para usufructuar de este artilugio. Tampoco para ocultar cualquier información sobre cómo utilizaba cada legislador los pasajes (se podían transferir a cualquier persona, utilizarlos para irse de vacaciones o revenderlos) o cuánto dinero se llevaban por el canje.
Infobae fue siguiendo este tema casi en soledad a pesar de las respuestas negativas de ambas Cámaras a los pedidos de acceso a la Información Pública y hasta el rechazo en el Senado de un amparo judicial.
El año pasado, luego de publicar el ranking completo de los diputados más canjeadores (conseguido por la ONG Directorio Legislativo luego de una batalla judicial), se desató un escándalo público. Las autoridades de ambas cámaras se comprometieron a terminar con el sistema pero sólo la Cámara baja lo hizo, a medias. En el Senado, todo se mantuvo igual o peor, porque el monto otorgado por cada pasaje canjeado creció otro 30 por ciento.
El monto que un senador se podía llevar al canjear todos sus pasajes ya había trepado a los $91.140 al mes y también el ranking completo de los 11.431 pasajes que se canjearon en 2018 donde se veía que algunos senadores habían cobrado hasta un millón de pesos de sobresueldo.
fuente. infobae