Así lo aseguró el Presidente, Mauricio Macri, antes de emprender su retorno al país desde China,donde se llevó a cabo el encuentro mundial de líderes denominado G20.
En ese marco, el Presidente dijo, también, que “se acabó la época de los líderes mesiánicos que, de la mano de la mentira, niegan la realidad”, y dejó claro que “lo que cabe a cada uno es hacer su máximo esfuerzo”.
Reconoció que el cambio no se da “de un día para otro”, pero vaticinó que “el año próximo la Argentina comenzará a crecer” y comenzarán a recuperarse los puestos de trabajo que se perdieron.
“Claramente la Argentina está en recesión hace más de seis meses, y estancada hace más de cuatro años. Pensar que íbamos a sincerar la economía y a la vez crecer inmediatamente, es un imposible”, dijo el mandatario.
Subrayó, sin embargo, que “Argentina ha dejado de caer y comienzan a verse atisbos de recuperación en algunos sectores, como el campo y la obra pública”.
“El año que viene volveremos a crecer, calculamos que un 3,5 por ciento. Haber pensado que se iba a lograr algo distinto, es creer en magia”, enfatizó.
Por otro lado, el mandatario negó que haya una “ola de despidos”, pero aceptó que se perdieron entre 70 mil y 100 mil puestos de trabajo, y se comprometió a que, de a poco, “se irán recuperando”.
Además, durante la extensa entrevista que mantuvo con radio Mitre, Macri celebró la “reunificación” de la Central General de Trabajadores (CGT), y dijo “confiar” en el diálogo que el gobierno mantiene con sus dirigentes, tras la reunión que el viernes mantuvo un grupo de ministros con los miembros del nuevo triunvirato que conduce a la central obrera.
“Falta diálogo, hay que seguir escuchándose. Que nadie crea que tiene derecho a enojarse, sino sentarse a la mesa”, dijo al ser consultado sobre la posibilidad de un paro general planteada por las CTA el viernes, en el marco de la Marcha Federal, que finalizó con un multitudinario acto en Plaza de Mayo.
En otro orden, Macri sostuvo que “había mucho más” de corrupción que “lo que todo el mundo imaginaba”, señaló que “el Estado estaba loteado por mafias”, y apuntó específicamente al caso de la Aduana y la Dirección Nacional de Vialidad.
“Si hubo corrupción en un ámbito más técnico como es el de Vialidad, con ingenieros, qué le queda a otros sectores menos académicos”, reflexionó.
Respecto a las irregularidades surgidas a partir de la comparación de datos de comercio exterior de la Argentina y otros países, Macri dijo que es “lo que denunció (Alberto) Abad y (Juan José) Gómez Centurión”, en referencia al titular de la AFIP y al desplazado titular de la Aduana, respectivamente.
En este sentido, sostuvo que esas discrepancias entre las cifras de la balanza comercial con distintos países que tiene la Argentina y la que tienen esos países son “una cosa más dentro del paquete” de irregularidades que tuvieron lugar en la última década.
En ese marco, remarcó que las transformaciones promovidas, “han venido a poner un límite al accionar mafioso en la sociedad”, y que “algunos entienden que el cambio es irreversible, y otros se resisten y aparecen las amenazas”.