La causa iniciada por las denuncias cruzadas de violencia acaba de incorporar una prueba fundamental: el perfil psicológico de Bárbara Vélez y Federico Bal, trazado por el Departamento de Psicología del Cuerpo Médico Forense, integrado por las licenciadas Mirta Bustos y Marta Susana Gaziglia, y el doctor Carmelo Napoli.
“No se observan rasgos de hostilidad manifiesta”, indican los especialistas sobre el hijo de Carmen Barbieri, de acuerdo a los documentos que el periodista Tomás Dente mostró en su cuenta de Twitter. “Si bien puede utilizar mecanismos exitosos de control de los impulsos, se observan indicadores que permiten inferir la probabilidad de conductas reactivas ante circunstancias ambiguas y contradictorias del medio”, concluyen los doctores.
¿Y Barbie? Su informe es más extenso, y señala una “personalidad a predominio neurótico obsesivo, (que) evoluciona organizada sobre una base narcisista, emocionalmente lábil y altamente vulnerable a situaciones de alto estrés“. Pero, ¿como cuáles? Esto no es menor: “Aquellas que no le confirmen su autopercepción y su valía personal”.
“Si bien no presenta un perfil violento de pareja -ahonda el informe sobre la hija de Nazarena Vélez-, dado el contexto histórico y actual en el que se encuentra, podría experimentar una sobrecarga estimular que altere el equilibrio vincular, le impida controlar el incremento del impulso, y asumir situaciones de riesgo“. Además, se alerta sobre “el alto riesgo” de “la vulnerabilidad a las descompensaciones en el vínculo”.
“Esto me remueve todo”, había dicho entre lágrimas la ex Bailando 2016 minutos después de haberse sometido a la pericia, el 16 de septiembre, tras una orden del juez Wálter Candela, quien ahora deberá analizar ambos informes.