Por Fabián Seidán de Diario Cuarto Poder / Esta semana se puso en función el nuevo sistema de estacionamiento callejero medido, dando otro golpe al bolsillo de la gente, en medio de una inflación descontrolada. El intendente Germán Alfaro mostró una vez más que está alejado del trabajador -que necesita estacionar-, al hacer un negocio millonario con una empresa foránea. Encima avala el doble pago por derecha y por izquierda.
Trauma u odio a la Clase Media
Tal vez el intendente Germán Alfaro tiene un trauma de niño (alguien le habrá hecho bullying por no tener vehículo); de otra manera no se entiende por qué persigue tanto a los automovilistas, abarrotando las calles con semi-peatonales para “desalentar el uso de autos” (según dijo) y ahora, cobrando el estacionamiento callejero sin contraprestación alguna a quienes dejan sus vehículos.
Puede ser un negocio redondo -económicamente hablando para “el lord municipal”-, pero políticamente, cavó su propia tumba.
Con esta medida anti-trabajadores, es muy posible que nadie o muy pocos lo voten en 2023, cualquiera sea el cargo al que se postule él y su señora esposa, la senadora Beatriz Ávila.
Alfaro, de mal en peor
En efecto, hay malestar contra Alfaro por donde se lo mire. La gente no para de quejarse porque en medio de una escalada inflacionaria (tal vez la peor desde 1989) donde el salario no alcanza para cubrir las necesidades básicas, el intendente no tuvo mejor idea que comenzar a cobrar a los que estacionen sus autos, camionetas o motos en la calle, el valor de medio litro de nafta súper por hora.
¿En qué estaría pensando Alfaro al lanzar tan antipopular medida? ¿O será tal vez algún negocio o negociado imposible de rehuir? Porque ordenar el cobro callejero no será posible ya que, en medio de la semana, nos desayunamos con que los “trapitos” o “cuidacoches”, seguirán desarrollando su tarea como siempre.
O sea que coexiste una doble imposición para el conductor que deje su auto, al tener que pagarle a la empresa privada contratada por el Municipio y al trapito de siempre.
Dicen que el pago al “trapito” será “voluntario”
Otro chiste de mal gusto de los Alfaristas, ya que desde hace más de 12 años, cuando terminó la antigua concesión del cobro callejero, se consideró el pago a los cuidacoches como “voluntario”, pero en realidad siempre hubo una tarifa, porque existe la amenaza de estos pseudos cuidadores, para evitar daños o robos a los vehículos.
Hoy, se repite la situación. Los trapitos intimidan con dañar los vehículos si a ellos no les pagan por el estacionamiento, y ni el Municipio ni la Policía, intervienen para evitar estos abusos. La gente por miedo, termina pagando para evitar males mayores.
Alfaro: ¿Rey de la calle o un trapito más?
Alfaro se cree el rey de las calles, pero resultó ser un “trapito” más, sacando las últimas monedas a pobres trabajadores que por necesidad estacionan el auto al costado de una vereda, con todo el peligro que ello significa frente al avance de la delincuencia con el robo de ruedas, tapas ruedas, baterías y auxilios. ¿Acaso la empresa que cobra por estacionar se hará cargo por el robo o daño que sufra el usuario del servicio?
Si la gente deja el auto en la calle no es porque les guste, es porque no tienen posibilidad de alquilar una cochera. Y si va en auto a trabajar o a hacer algún trámite, no es porque tiene plata, si no que no tiene otra opción para movilizarse. Muchas veces, al tratar de utilizar otro tipo de transporte como taxis o colectivos, no sólo le resulta más oneroso, sino que también pierden mucho tiempo de esperar. Vale remarcar que la frecuencia de los colectivos es pésima en Tucumán: se puede pasar entre 30, 45 minutos o más, esperando un interno. Encima el coche llega todo sucio y abarrotado de personas, con todo el riesgo que ello significa para la salud en tiempos de pandemia.
No era el momento de aplicar un nuevo costo al alicaído bolsillo de la gente. Alfaro está lejos de la gente.
Por ejemplo, los trabajadores de la Salud Pública o la Policía, que tienen un magro sueldo y que trabajan 8 horas por día mínimo ¿cómo hacen para pagar alrededor de 5.500 por mes (excluidos los sábados y domingos) más los que piden los trapitos para “cuidarles” el auto para que ningún inescrupuloso se lo raye o le robe una rueda?
Mal político
Alfaro intenta defenderse que hizo esto para “ordenar el tránsito y desalentar el uso del automóvil” y remarca que en todas las grandes ciudades del país ha cobro medido para estacionar, y pone como ejemplo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sí, puede ser, pero allá en CABA el transporte público de pasajeros funciona mejor y es más económico, ya sean colectivos, tren eléctrico o subte. Son muy baratos y cuestan casi 20 pesos contra los 80 pesos que tiene que pagar un pasajero de Yerba Buena, Banda del Río Salí o Tafí Viejo. ¿O pretenden que la gente venga a la Ciudad Capital desde allí, caminando o en bicicleta?
Alfaro niega que el cobro del estacionamiento callejero busque sacar réditos económicos. Si es así ¿por qué extendió el cobro hasta las calles Próspero Mena, Lucas Córdoba e Italia? Está claro que lo que busca no es ordenar el tránsito o evitar la gran afluencia de automóviles hacia el centro de la ciudad, sino recaudar más.
Pregunta de los usuarios
“El que cobra el estacionamiento es una empresa privada y si no le pagan ¿la multa la ejecuta el municipio? ¿Cuál es el riesgo del concesionario? ¿Cuál es la inversión? ¿Si estando estacionado me roban o dañan el vehículo quién se hace cargo, la empresa o el municipio? ¿Este es un negocio, una estafa o un robo en banda de una empresa junto al municipio?
Preguntas que podrían tener respuestas, si el intendente se anima a contestar el pedido de informe del concejal Gonzalo Carrillo Leito tras la implementación del nuevo Estacionamiento Medido.