“Es una catástrofe: Pichetto quedó en el lugar de ser policía o cómplice”. La frase de un dirigente que ansía reconstruir el peronismo sin volver al kirchnerismo resume la atmósfera interna del PJ frente al maremoto desatado por los cuadernos de las coimas y sus revelaciones de corrupción. El bloque que conduce el senador de Río Negro tiene la llave de muralla que mantiene a Cristina Fernández de Kirchner a salvo de la prisión. Solo los fueros parlamentarios la protegen de una detención.
Si le extiende el amparo, Pichetto puede ser visto como su “cómplice” frente a las denuncias de sobornos; si le suelta la mano, el senador se arriesga a quedar como “policía” ante la mirada del peronismo, que teme que una vez abierta la compuerta del Senado el maremoto arrastre a otros. Es el dilema que contamina el aire de la Cámara alta.
El argumento del jefe del bloque justicialista es que los antecedentes del Senado requieren una sentencia firme para levantar los fueros. La doctrina sirvió para mantener en su banca del Senado a Carlos Menem , condenado en el caso del contrabando de armas del Ejército a Croacia y Ecuador por una causa que se inició en 1995. Pero la protección de los fueros es una coraza que interesa a otros miembros de la bancada justicialista, más allá de Fernández de Kirchner y Menem. Por caso, un compañero de la bancada, el senador José Alperovich , se excusó en sus fueros parlamentarios para no comparecer como testigo ante el tribunal que lleva adelante el juicio por el crimen de Paulina Lebbos en Tucumán.
En paralelo, el desconcierto sobre el alcance de las confesiones empresarias, que comenzaron con la publicación de los cuadernos del chofer Oscar Centeno, extendió el nerviosismo en otros ámbitos políticos con ascendencia en el Senado. Las revelaciones de corrupción también inquietan a un puñado de gobernadores.
La reciente condena por el caso Ciccone contra Amado Boudou , por caso, aún espera una resolución sobre las denuncias que afectan al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, acusado por el arrepentido Alejandro Vandenbroele de encubrir pagos espurios a través de renegociación de la deuda pública formoseña.
Las denuncias por las obras públicas también transformaron a Córdoba en un tembladeral, donde hay obras de Odebrecht y Electroingeniería. Jorge Neira, ejecutivo de esta última empresa, quebró la semana pasada por primera vez el frente incólume que mantenía la compañía cordobesa y pidió plegarse al régimen de “imputado colaborador” para contar los enjuagues que conoce, a diferencia de Gerardo Ferreyra, uno de los socios de la firma, que insiste en negar cualquier soborno.
La Justicia secuestró en el domicilio de Martín Larraburu, colaborador del exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina , dos pendrives con registros de la distribución del dinero que los exfuncionarios recaudaron para la elección legislativa de 2013 . Algunas iniciales del listado coinciden, según fuentes judiciales, con nombres de gobernadores.
A todas luces, la doctrina de la sentencia firme no es solo para cuidar a Cristina Kirchner. La expresidenta parece haberse convertido en un escudo, incluso, de aquellos dirigentes que anhelan verla fuera de la arena política.
Los informes que circulan en la Casa Rosada indican que difícilmente Fernández de Kirchner enfrente una condena en los próximos meses. La causa Los Sauces , por ejemplo, donde se la acusa de ser la jefa de una asociación ilícita que simulaba alquileres de propiedades para blanquear las coimas de las obras públicas , tiene como fecha de inicio para el juicio oral fines de 2018 o principios de 2019. La duración del juicio depende de la cantidad de testigos que se admitan y el número de audiencias que se programen por semana. Los abogados estiman que podría extenderse entre ocho meses y un año. Y Los Sauces figura entre las causas más avanzadas. Sin condena y sin cambios en la doctrina del Senado, Fernández de Kirchner puede avanzar con camino libre hacia una candidatura. Pero la dinámica del escándalo de los cuadernos de la corrupción excede cualquier antecedente conocido por su magnitud y ramificaciones. El final está abierto.
En la carrera contra el tiempo, el kirchnerismo y un amplio sector del peronismo apuestan a un deterioro de la economía para robustecer sus posibilidades electorales frente a los escándalos de corrupción y el descrédito de su imagen pública. La economía, lógicamente, fue el eje del mensaje de Máximo Kirchner en el acto del viernes en Ensenada. Los desaciertos de la política económica macrista se convirtieron así en el principal aliado de las esperanzas kirchneristas y habilitaron una triste carrera entre la impunidad y la recesión.
fuente. lanación