El ex presidente peruano Alan García se suicidó este miércoles con un disparo de bala en la cabeza, momentos después de ser intervenido por la policía con una orden de arresto preliminar por las investigaciones del caso Odebrecht.
El lider aprista, quien gobernó Perú en los períodos de 1985-1990 y 2006-2011, se disparó cerca de las 6 de la mañana, cuando los agentes allanaron su domicilio y se aprestaban a detenerlo. Tras casi cuatro horas en cuidados intensivos del hospital Casimiro Ulloa, las autoridades anunciaron su fallecimiento.
Consternado por el fallecimiento del ex presidente Alan García. Envío mis condolencias a su familia y seres queridos.
— Martín Vizcarra (@MartinVizcarraC) April 17, 2019
“El ex presidente tomó la decisión de dispararse”, confirmó su abogado Erasmo Reyna a los periodistas en las afueras del hospital limeño Casimiro Ulloa poco después de su internación. Según medios locales, el ex mandatario pidió a los oficiales privacidad para hablar con sus abogados. Cuando entró a su habitación, se escuchó el disparo.
El director del hospital, Enrique Gutiérrez, señaló que el exgobernante presentaba un disparo de arma de fuego en el cráneo “con orificio de entrada y salida” y que todos los médicos del Casimiro Ulloa, en el distrito limeño de Miraflores, participaron en la operación para intentar salvarle la vida.
La policía presentó este miércoles una orden de detención preliminar judicial por un plazo de hasta 10 días por la presunta comisión del delito de lavado de activos en un caso vinculado al escándalo Lava Jato/Odebrecht que investiga una fiscalía especializada.
Al hospital llegaron varios aliados políticos y un puñado de simpatizantes políticos, así como algunos opositores que se enfrentaron con la militancia aprista. En el Congreso, la bandera se izó a media hasta y se guardó un minuto de silencio.
“Partió con honor”, opinó Nidia Vílchez, ex ministra de Vivienda. El dos veces presidente (1985-1990, 2006-2011), que intentó eludir las recientes investigaciones con un infructuoso pedido de asilo a Uruguay, nunca llegó a ser esposado por las autoridades que lo investigaban.
En la víspera, García, de 69 años, afirmó en entrevista con la emisora RPP que “sería una gran injusticia” que se dicte una orden de detención en su contra. El año pasado alegó ser “perseguido político”, pero su versión fue desmentida por la justicia y el gobierno peruano.
Las primeras declaraciones de los líderes apristas volvieron a denunciar una persecución en su contra. Sus partidarios convocaron a una concentración en la “Casa del Pueblo”, sede del partido.
Según los fiscales, el entonces presidente García y otros 21 funcionarios conspiraron para “facilitarle” a la empresa holandesa ATM Terminals que ganara en 2011 la concesión de la Terminal Norte del puerto del Callao.
La situación legal de García se complicó después de que el pasado domingo se difundiera que la empresa Odebrecht, en el marco del acuerdo de colaboración que mantiene con la Justicia peruana, reveló que Nava, y su hijo José Antonio Nava, recibieron 4 millones de dólares de la empresa para lograr el contrato de construcción de la Línea 1 del Metro de Lima.
Además, los investigadores han descubierto que García realizó en 2012 una conferencia en San Pablo (Brasil) por la que cobró 100.000 dólares procedentes de la cuenta oculta de la constructora brasileña, en un evento cuyos organizadores han confirmado que no pagan a los oradores.
Asimismo, la fiscalía halló que su ex secretario Luis Nava y su hijo José Nava Mendiola y el ex vicepresidente de la petrolera estatal Petroperú recibieron millonarios sobornos de Odebrecht.