Por Fabián Seidán para Diario Cuarto Poder | Parece que la gente necesita mano dura, castigos y restricciones para cumplir o respetar las consignas. Nos pidieron responsabilidad sanitaria y respondimos con negligencia. La segunda ola de coronavirus está al acecho y pocos o ningunos respetan ya los protocolos. El “cierre nocturno” será la medida que ponga un freno a la desidia.

“La panemia no se ha disipado”, advirtió el presidente Alberto Fernández desde la residencia de Olivos el lunes pasado; y apeló a la responsabilidad social de retomar las medidas de cuidado ante el avance del coronavirus: “Tenemos un verdadero desafío como sociedad. Si en verdad no queremos volver atrás y dar este paso hacia adelante para ponernos de pie lo que más necesitamos es que tengamos responsabilidad social (…) El riesgo de que todo vuelva a paralizarse existe y nadie quiere que eso pase en la Argentina”, había dicho el Presidente. Y ante la falta de respuesta de la gente decidió poner mano dura y “cerrar la noche” de 23.00 a 6.00 a partir de hoy.

Si bien la media adoptada no es obligatoria, sino una recomendación, cuenta con el apoyo de la mayoría de los gobernadores, incluido Juan Manzur, para ponerla en funcionamiento si no merman los casos de Covid-19 y siguen a la par las fiestas clandestinas y aglomeraciones.

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En la Costa Atlántica los jóvenes no respetan ningún protocolo.

Ejemplos sobran

Es que mientras el hemisferio norte transita la segunda ola del virus con miles de muertos, el salto en los contagios locales comenzó a preocupar al gobierno.

Para encontrar más de 11.000 contagiados, como en los primeros días del año había que remontarse a mediados de noviembre. Los números de la Capital Federal, provincia de Buenos Aires y distintas ciudades del Interior del país volvieron a parecerse a los de octubre, y muchos culparon a los “descuidos” de la gente en las fiestas de fin de año y las actuales vacaciones.

Con vacuna y todo

Pese a que en estos momentos se está vacunando a los sectores esenciales y personas de riesgos con la Sputnik V, los casos de contagios no merman, de ahí la medida adoptada desde la Nación y que se replicará en todo el país, excepto Capital Federal, Córdoba y Mendoza.

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Presidente, Alberto Fernández.

La cuarentena total hoy no es opción y no está en los planes de nadie, porque en materia económica sería desastrosa para el país ya que no se cuenta con recursos  económicos como para pagar planes y subsidios a casi 10 millones de argentino como en 2020. De más está decir que el Presupuesto 2021 no contempla gastos en IFE o ATP para sostener a trabajadores y a sectores vulnerables.

Tucumán se prepara para lo peor

Al igual que el Presidente a nivel nacional, en Tucumán el gobernador Juan Manzur y su vicegobernador, Osvaldo Jaldo, se mostraban preocupados por los “irresponsables”; temen un rebrote de casos por la mayor circulación, las reuniones prohibidas y la falta de cuidados personales de la gente en los últimos días sobre, todo en villas veraniegas. Po eso se decidió acompañar la medida.

A la falta de respeto y de cuidados preventivos de los tucumanos, se sumó la amenaza latente del ingreso a Tucumán de la nueva cepa de coronavirus a través de turistas y de los mismos comprovincianos que retornan a la provincia tras vacacionar en el exterior o en otros puntos del país. Por eso se agudizaron los controles fronterizos, en el aeropuerto y en la terminal de ómnibus, pero los riesgos siempre están.

El número más preocupante de contagios en Argentina se registró el 29 de diciembre con casi 12 mil casos. El pico en octubre había sido de 18 mil. En la provincia el número de contagios continúa bajo, muy lejos de los más de mil casos por día, pero el panorama a nivel país parece indicar que la segunda ola de Covid-19 llegará a Tucumán este enero, debido a las nuevas condiciones de apertura y relajación social.

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El gobernador Juan Manzur dijo que acompañará las medidas nacionales.

En el país nadie respeta nada

Las fiestas clandestinas se diseminaron por todo el país durante la última semana del 2020 y el inicio del 2021; y en la Costa Atlántica era común ver aglomeraciones de jóvenes sin respetar nada: sin distanciamiento, sin uso barbijos, consumo de bebidas sin prevención y compartiendo vasos, mate y bombilla, bailes, abrazos y besos. Pero no sólo allá, sino que aquí también, en Yerba Buena, Lomas de Tafí, Tafí del Valle, El Mollar, El Cadillal, San Pedro de Colalao y otros puntos de la ciudad capitalina, las reuniones de jóvenes sin control ni prevención, eran comunes.

La nueva cepa en la mira

Muchas variantes del coronavirus han surgido desde que comenzó la pandemia. Sin embargo, toda la evidencia recabada hasta ahora sugiere que el nuevo virus mutante, llamado B.1.1.7, se transmite con mayor facilidad que las formas previas. La primera vez que surgió fue en septiembre en el Reino Unido, pero ya representa más del 60 por ciento de los nuevos casos en Londres, Europa y Brasil.

Parece que la nueva variante infecta a más gente que las primeras versiones del coronavirus, aunque los medioambientes sean los mismos. No queda claro por qué la variante tiene esta ventaja, aunque hay indicios de que podría infectar las células con mayor eficiencia.

Se veían venir las restricciones

Allá lejos, en la provincia de Buenos Aires, un asesor del gobernador Axel Kicillof había reconocido el pasado fin de semana que estaba en análisis implementar un toque de queda sanitario para frenar el rebrote de coronavirus. “Estamos viendo que los casos crecen de una manera muy rápida, no como en la primera parte de la pandemia”, afirmó Enio José García. Con relación a la situación en la Costa Atlántica: “Uno no quiere que la temporada se cancele pero hay que tomar medidas para disminuir los contagios”.

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Preocupa el turismo interno y externo por la nueva cepa que comenzó a circular.

En otoño e invierno, los casos fueron creciendo despacio y nos dio tiempo para preparar las camas. Ahora, sin restricciones, la cosa se desmadró.

Obviamente, aumentó mucho la movilidad de la gente y las fiestas claramente no colaboran. La gente se encuentra, se reúne y es muy difícil mantener las pautas de cuidado.

Todos queremos que siga el turismo, pero no va a haber turismo si hay un brote incontrolable o si el sistema de salud no logra dar respuesta.

Los contagios están vinculados a los sectores jóvenes que vuelven a su círculo familiar y terminan contagiando también a las personas mayores.

¿Qué es el toque de queda sanitario?

De acuerdo a Leda Guzzi, médica infectóloga, miembro de la SADI, infectóloga de Swiss Medical Group, el toque sanitario es una medida restrictiva que reduce la circulación y especialmente la reunión de las personas, como estrategia para ralentizar la transmisión viral. Generalmente está referida a las actividades nocturnas y encuentros en lugares públicos o privados, pero también puede considerarse durante algunas horas del día en las que la circulación es máxima. En los países europeos funcionó bien para enlentecer las curvas de ascenso de casos.

En nuestro país el cierre nocturno no será obligatorio pero sí se facultará a los gobernadores para que apliquen las restricciones si la gente sigue incumpliendo los protocolos.

Con la irresponsabilidad perdemos todos; demostramos -una vez más- que somos hijos del rigor.

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