Luego de la denuncia de Diario Cuarto Poder sobre la falta de concreción de las obras previstas para el Barrio San Expedito de Yerba Buena, las máquinas comenzaron a moverse y el secretario nacional de Vivienda y Hábitat, Domingo Amaya, apareció para controlar las acciones de la gestión del intendente Mariano Campero.
El “Santo de las Causas Urgentes” se conmueve en los altares, pero no tiene su origen en las plegarias de los fieles que quieren soluciones para sus problemas particulares, sino de todos los vecinos del barrio homónimo, ubicado en la ciudad de Yerba Buena.
Sucede que, luego de las denuncias sobre la falta de realización de las obras previstas, según el acuerdo firmado en marzo del año pasado por la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación y el municipio de Yerba Buena, comenzaron a moverse las maquinarias en el Barrio San Expedito.
Pero no solamente se iniciaron las acciones de movimiento de suelos, teniendo en cuenta que algunas de las acciones tienen relación con la construcción de cloacas y pavimento en las calles de esa barriada, sino que también se hizo presente el titular de la mencionada estructura nacional, Domingo Amaya. El funcionario invitó a algunos concejales y, junto con el intendente Mariano Campero, supervisaron las acciones, que ya deberían haber estado terminadas para posibilitar el segundo desembolso.
El presidente del Concejo Deliberante de Yerba Buena, el radical Benjamín Zelaya, había señalado que ni siquiera se había alcanzado el 5% de las obras previstas, como consecuencia del desembolso de la primera remesa de esa repartición nacional, que alcanzó los $ 5.789.637,90, ocurrido el 19 de julio del año pasado. De ese monto no se rindió la totalidad de los gastos, pero llamó la atención que las obras hayan quedado tanto tiempo paralizadas, y más aún teniendo a disposición esos recursos.
Cabe recordar que el monto total de las obras alcanza a $ 57.896379.
La rendición realizada por la municipalidad de Yerba Buena fue de $1.692.795, o sea que sólo se presentaron certificaciones de los gastos por apenas un 29,30% del total del primer desembolso.
Es por ello que, desde el cuerpo deliberativo de la “Ciudad Jardín” se envió un pedido de informe respecto a esta situación, porque los ediles se hicieron eco de las quejas de los propios vecinos del Barrio San Expedito, que vieron como sus calles se convertían en verdaderos pantanos con las fuertes lluvias que se desataron en abril.
Zelaya sostuvo que no recibieron respuesta alguna de parte del intendente Mariano Campero ni de los integrantes del Gabinete, cuando ello estaba previsto en la ordenanza Nº 2073, que avalaba el acuerdo firmado por el municipio y la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación.
Detalles de lo exigido
El presidente del Concejo Deliberante especificó que “se solicitó información sobre el grado de avance físico, presupuestario y financiero de las obras, incluyendo informe sobre los distintos módulos humanos contemplados, con copia de los certificados elevados a las autoridades nacionales intervinientes”.
También se pidieron copias detalladas de las rendiciones de cuentas de los fondos nacionales recibidos de la Nación, en cumplimiento de los plazos establecidos en el acuerdo correspondiente. Además de las copias de las declaraciones juradas de inversiones con las certificaciones realizadas.
Ninguna de las exigencias realizadas por el Concejo Deliberante se cumplió, a pesar de haberse remitido con el acompañamiento de las firmas de los siguientes ediles: Lucas Cerúsico (vicepresidente 1º), Héctor Aguirre (vicepresidente 2º), Walter Aráoz y Pedro Albornoz Piossek.
Resulta llamativo que el municipio yerbabuenense se mueva siempre al ritmo de las denuncias y que no se deje controlar por el Concejo Deliberante, al que siempre quiere endilgar los males que padece por la propia inoperancia del Ejecutivo. También está en discusión en esta situación específica el rol de contralor del titular de Vivienda y Hábitat de la Nación, quien no debió llegar a casi un año de la firma del convenio para controlar el estado de avance de las obras.
Con obras paralizadas y salvado por un ATN
En medio de las sospechas por la falta de rendición de las obras previstas en el primer tramo de desembolso concretado por la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación, llegaron recursos en la forma de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), de los cuales la gestión de Mariano Campero no tiene que dar cuenta.
Se dijo que una parte de esos recursos, que dependen de la generosidad de las autoridades nacionales, se destinarían a la construcción de un jardín botánico en Yerba Buena, y que con el resto de los recursos se pavimentarían las calles, aunque no se especifica si serán aquellas que no se pavimentaron en el Barrio San Expedito o las destrozadas arterias que generan a diario la queja de los automovilistas. Los baches hacen suponer que se transita por algunas ciudades sirias, en vez de la otrora “Ciudad Jardín”, en la que era un orgullo vivir. La llegada del ATN por $10.000.000 también agrega más leña a la polémica por la discreción con la que maneja el destino de ese tipo de ayudas el gobierno nacional encabezado por Mauricio Macri.