“La copa menstrual es una opción, no una obligación; no es el mejor ni el único modo, ni la manera de menstruar que más se adecua al feminismo y a nuestros ideales”, dice la divulgadora científica Agostina Mileo, conocida como La Barbie Científica.

El descargo que hizo la actriz Sofía Gala tras probar la copa menstrual nos da la oportunidad de poner de relieve las opciones de gestión menstrual y sacarnos de encima las imposiciones y los conceptos rígidos de lo que está “bien” y lo que está “mal” sobre las decisiones íntimas y personales. Durante décadas, o siglos, en realidad, la menstruación estuvo invisibilizada: las publicidades hablaban sobre “las entradas” y el líquido que mostraban era azul, algo tan alejado de la realidad carmesí como el mito del color de la sangre real. Hace poco tiempo el líquido televisado se volvió rojo, la palabra menstruación está corriendo al “hacerse señorita” para dejar de lado la vergüenza e, incluso, un documental sobre el tema, Period. End of sentece, ganó un premio Oscar.

Mileo es la responsable de Menstruacción, la campaña de Economía Feminista que busca visibilizar la gestión menstrual. Desde esta perspectiva, señala: “Si bien hablamos del impacto ambiental o el potencial impacto a la salud que pueden tener toallitas y tampones, no queremos que las ideas detrás de promover ciertos métodos de gestión menstrual –como la copa- generen luego modos de menstruar ‘bien’ o de menstruar ‘mal’, o modos correctos, conscientes y feministas de gestionar la menstruación, y sus opuestos. Lo que buscamos es el acceso a la información y un acceso igualitario a los productos y posibilidades para poder decidir basados en la comodidad y en lo que cada una cree”.

Carolina Zotta es la responsable del emprendimiento Viva La Copita y explica que la copa menstrual es “una alternativa reutilizable intravaginal que cuenta con la practicidad del tampón, ya que no es una toallita que está en contacto con la vulva y puede ser incómodo. Pero, a diferencia del tampón (que absorbe sangre menstrual y humedad del cuerpo, lo que hace que el cuerpo quede más propenso a infecciones o irritaciones), no absorbe, y no se convierte en desecho”.

Así, entre las razones que señalan para elegir la copa menstrual mencionan el cuidado del medioambiente y el ahorro económico (por su reutilización), la practicidad, el impacto al cuerpo (al no desprender químicos y no absorber el líquido) y la visibilización de la menstruación en sí.

¿ Cómo se usa? Se pliega y se introduce en la parte baja de la vagina -como un tampón, pero no necesariamente tan arriba-. Junta el sangrado en su interior y, luego de una cantidad de horas -dependiendo del momento del ciclo en el que estés-, se quita. Sacarla suele ser la parte más difícil; pero hay que encontrar el cabito de la copa y tirar suavemente. Luego, se lava y se reutiliza. Se esteriliza entre periodo y periodo.

fuente: clarín

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