Ya no es casualidad. Todos los días hay denuncias y cada vez son más las mujeres que se dedican a la venta al menudeo de drogas. Lo que sí sorprende es que esta práctica delictiva parece no ser castigada ya que los dealers rápidamente recobran la libertad si no cuentan con antecedentes delictivos.
Ayer, efectivos de la Unidad Regional Este (URE) sorprendieron a cuatro mujeres armando 220 “ravioles” de cocaína en una vivienda del Barrio Julio Abraham, de la ciudad de Alderetes. El fin de semana, otras dos mujeres, también fueron sorprendidas vendiendo la mercadería ilegal en esa ciudad.
Una madre y sus tres hijas
El último caso tuvo como protagonistas a una madre de 54 años y sus hijas de 21, 24 y 28 años. Todas fueron demoradas y puestas a disposición del juez Federal N°2 de Tucumán, Fernando Poviña.
“Se trata del tercer procedimiento importante que realizan los efectivos de la Unidad Regional Este desde el último fin de semana, en el que están involucradas mujeres e importantes cantidades de marihuana y cocaína”, destacó el jefe interino de la Unidad Regional Este (URE), Walter Fabio Ferreyra, quien supervisó el procedimiento que tuvo la intervención de la Didrop Este y la Justicia Federal de Tucumán.
Al finalizar el procedimiento, el juez federal pidió que se investiguen los antecedentes de la madre, y en caso de no tenerlos, que quede en libertad.
Otros casos
El viernes pasado, en el mismo Barrio Julio Abraham, los efectivos de la URE habían secuestrado más de 200 bagullos de marihuana y más de 100 envoltorios con cocaína, que dos mujeres, de 21 y 41 años , vendían en distintos barrios de Alderetes.
En tanto, el sábado por la noche en el Barrio San José II una joven de 21 años se encontraba junto a sus tres hijos menores de edad, en la plazoleta de ese barrio vendiendo sustancias prohibidas.
El personal policial que realizaba los recorridos preventivos fue alertado por un vecino de lo que sucedía. Al llegar lugar le secuestraron a la mujer una mochila con 58 bagullos de marihuana, 158 envoltorios con cocaína conocidos como “alitas de mosca” y tres mil pesos.