Iba a ser una jornada caliente para el Central, y lo fue. La última ronda de los mercados antes de las elecciones presidenciales del domingo terminó con una pérdida de reservas del Banco Central de USD 1.755 millones, según informó la propia entidad que preside Guido Sandleris.
Es la segunda mayor caída desde las PASO: la anterior había sido del 30 de agosto con USD 1.944 millones, con una sangría de depósitos que superó los USD 1.000 millones.
“Aproximadamente la mitad de la caída de las reservas de hoy se puede explicar solamente por el adelantamiento de dólares físicos a las diferentes entidades bancarias para que, en caso que los clientes los requieran, las sucursales cuenten con billetes disponibles”, explicaron desde de BCRA, pero no dieron más detalles, como es habitual.
Se cree que la baja se explica por USD 220 millones de intervención del Central en el mercado de cambios, a través de 3 licitaciones de USD 200 millones cada una; USD 420 millones por el pago de vencimientos de Letes; USD 265 millones por caída de depósitos en moneda extranjera y USD 850 millones por adelanto a los bancos, según la información oficial. Así, se puede asumir que la salida de depósitos en dólares entre hoy y el lunes será de más de USD 1.100 millones.
Las reservas terminaron el proceso previo a las presidenciales en USD 43.503 millones, el menor nivel desde el 25 de enero de 2017.
“El número lo dice todo. Fue una semana muy dura, se perdieron reservas día a día y eso preanuncia que el lunes habrá medidas, sea cual sea el resultado. El Central no puede seguir perdiendo dólares de esta manera. Se llega con una debilidad en las arcas más que preocupante. Recomponer esta situación será difícil. Si hay nuevo presidente el domingo tendrá que trabajar el lunes mismo para destrabar los desembolsos del FMI porque hay compromisos que pagar y no quedan dólares en ningún lado en la Argentina”, resumió el analista financiero Cristian Buteler.
El adelanto de más de USD 800 millones en billetes es una práctica habitual de la autoridad monetaria en tiempos en los que proyecta una aguda sangría de los depósitos en moneda extranjera en todo el país, y por tanto necesitan contar en los tesoros del interior de esas disponibilidades para evitar demoras en la atención de los clientes que concurren a filiales lejanas.
La tensión cambiaria propia de la víspera de elecciones, más aún cuando los máximos candidatos evitaron dar precisiones sobre cuáles serán sus políticas monetarias y financiera a partir del 28 de octubre, o al menos desde el 10 de diciembre, quedó reflejada en la escalada del tipo de cambio minorista en 4%, a $65 para la franja de clientes de bancos que están habilitados a comprar hasta USD 10.000 por mes; más acotado en el canal comercial, 0,9%, donde operar principalmente exportadores e importadores, a $59,99; y de 5,3% en el dólar Bolsa o MEP, a $77,14; y en el contado con liqui 5,7%, a $81 por dólar, para burlar el control de cambio con una operación plenamente legal, pero un 25% más caro.