Un asentamiento que tiene más de una década de existencia en Tafí Viejo, recibió por parte de la gente esa estigmatizante denominación que refleja el olvido en el que se encuentran los vecinos que lo habitan.
Precarias casas, falta de empleo fijo, salud y educación. A metros de allí el municipio dispone residuos generados por los ciudadanos de primera.
El camino está consolidado, pero su estado no está relacionado con el bienestar de los que habitan la zona, sino más bien con la necesidad de tránsito de los camiones que llevan los residuos unos metros más allá. No se trata del famoso “tiradero” de la novela brasilera “Avenida Brasil”. Esto no es ficción, tiene un nombre estigmatizante -como ocurre siempre con los asentamientos- y esa “Ciudad Oculta” es una muestra de la pobreza que existe en Tafí Viejo.
Las casuchas desvencijadas, sostenidas por parantes irregulares, calzadas para que no se caigan, cubiertas en parte con plástico para evitar que todo se moje cuando llueve. Esa es la realidad que pasa la mayoría de los habitantes de estas franjas de caseríos que se encuentran a ambos lados de las vías del tren. “Cada vez que pasa el tren, nos fijamos que los chicos estén con nosotros”, sostiene una mujer joven, de las tantas que habitan el lugar. El tren no sabe de horarios, la trocha es angosta y las máquinas arrastran vagones cargueros, según explican los vecinos presentes, la mayoría son mujeres, que son quienes toman la palabra para explicar su angustiante situación.
Sin embargo, no falta la generosidad de un mate, lo que genera el diálogo. La que se torna en vocera es Isabel Jiménez, quien señala que están hace diez años en el lugar, que ya se encontraba habitado. Ella tiene siete hijos, pero dos de las mayores ya se encuentran con sus respectivas parejas y viven en la zona. Sólo dos del resto perciben la Asignación Universal por Hijo (AUH). En tanto que su marido sólo tiene empleo durante la cosecha del limón, que se extiende entre abril y julio. “Después de la cosecha nos tenemos que arreglar con algunos trabajitos que se pueden hacer, o mi marido se tiene que ir a las cosechas en otras provincias”, sostiene la mujer, quien subraya que no cuentan con la asistencia del gobierno municipal para paliar esta difícil solución.
No cuentan con el beneficio de los planes interzafra y eso complica la subsistencia en los ocho meses restantes en los que no hay cosecha del citrus, una de las producciones más importante de Tafí Viejo.
La cría de gallinas y de patos, es una de las opciones que encuentra Isabel para ayudar en la economía doméstica, aunque reconoce que, en el caso de los patos, tiene lástima a la hora de sacrificarlos. “Esta prefabricada está calzada para que no se venga abajo. Necesitamos vivir mejor. Estamos acá porque no tenemos otra posibilidad”, expresa la mujer ante el asentimiento de las otras, más jóvenes, algunas de las cuales tienen niños en brazos. El motor del camión que pasa por la calle consolidada, interrumpe brevemente el diálogo. Va a tirar ramas y bolsas de residuos en el terreno de relleno.
El sueño del merendero que duró apenas un día
Cuando las necesidades son muchas, cualquier esperanza de mejora o ayuda aparece como algo positivo. Sin embargo, en el caso de “Ciudad Oculta”, esas esperanzas suelen ser fugaces. Ello pasó con un merendero, patrocinado por Mario Mena, actual diretor de Tránsito de la Municipalidad de Tafí Viejo.
El anuncio generó la expectativa propia de familias, con muchos hijos pequeños, que se encuentran en una situación acuciante desde la finalización de la cosecha del limón. Pero la vida del merendero fue tan fugaz que sólo duró 24 horas. El ensayo se realizó luego del Día del Niño.
“Nos habían hecho la promesa de instalar un comedor acá, pero no pasó nada”, señalaron los vecinos, quienes se mostraron decepcionados por la falta de interés que tuvo la anterior gestión de Gobierno de Javier Pucharras y la actual de Javier Noguera. Con respecto a éste último, expresaron: “acá nunca lo vimos”.
Agua y energía eléctrica
Pese a la precariedad en la que viven estos vecinos, cuentan con los servicios de agua potable y de energía eléctrica, aunque las estructuras de sus casas no sea la ideal para que se pueda disfrutar de mejor manera esas prestaciones. Sin embargo, algunos aclaran que existen casas de material en la zona. En materia de seguridad, sostienen que el lugar es tranquilo, aunque señalan que unas noches atrás la policía persiguió a dos delincuentes que cruzaron por allì para tratar de escapar. Por lo pronto, no hay iluminación en la calle. Seguramente porque los camiones que llevan los residuos cumplen su tarea durante el día. Mientras tanto, en “Ciudad Oculta”, esperan ser visualizados .