Tiene 19 años y su identidad está reservada. Nunca dijo dónde estaba el cuerpo del tatuador pero sí relató el momento de la represión de Gendarmería.
El célebre “testigo E” del caso Maldonado existe. Tiene 19 años, integra el Movimiento Autónomo de Puel Mapu y, al menos hasta hace unos días, vivía en la Pu Lof Resistencia Cushamen. Si bien trascendió que había sido él quien llamó al juez Gustavo Lleral para alertarlo sobre la presencia del cadáver de Santiago Maldonado en el río Chubut, el propio magistrado desmintió esa versión en una entrevista con Infobae.
Por lo tanto, la importancia de “E” en la investigación judicial es prácticamente nula. Pero en los hechos, según contó a dos abogados de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), fue el último mapuche en ver con vida Santiago Maldonado. Es un misterio saber cómo esa información se deformó hasta vincularlo con el descubrimiento del cuerpo. La suposición de que “E” se “quebró” y rompió un secreto mapuche sobre dónde estaba el cuerpo para cobrar la recompensa de $2 millones que ofreció el Estado es una fantasía.
La APDH presentó el 19 de septiembre pasado una cautelar de 81 páginas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) donde, entre otros datos, aportó el testimonio de cuatro mapuches (dos hombres y dos mujeres) respecto de lo que ocurrió el 1º de agosto en la Pu Lof cuando entró Gendarmaría y desapareció Santiago. Para preservar sus identidades, los abogados los identificaron como testigos A, B, C, y E. “Resaltamos que la mayoría de los testigos son muy jóvenes, algunos de ellos han sido víctimas de apremios ilegales, y tienen mucho temor”, aclara el documento, al que tuvo acceso este medio, y que se basa en estas declaraciones para sostener la hipótesis de desaparición forzada.
El objetivo del documento, dejaron en claro, fue para “informar a la CIDH sobre la situación de desprotección, persecución y hostigamiento que padecen los miembros de la Pu Lof en Resistencia”.
Según relató ante la APDH, cuando llegarron al río, E y Santiago decidieron cruzarlo, pero a esa altura el río tenía una parte profunda, porlo que la única manera de pasar era través de un nado de unos pocos metros. Según el testimonio de E, Santiago no sabía nadar, entonces trató de tomarlo para ayudarlo a cruzar el río.
“Mientras eso sucedía los gendarmes efectuaban disparos contra ellos”, dice el documento de APDH. La acción de cruzar el río se puso difícil, entonces Santiago le dijo al testigo E, “siga usted peñi, no puedo más, yo me vuelvo”.
“Entonces ahí el Testimonio E lo suelta. Así Santiago vuelve a la ribera del río y trata de meterse en un arbusto. El Testimonio E refiere que Santiago se encontraba totalmente mojado. La temperatura era muy baja y el agua del río era extremadamente fría. Asevera que nunca llego a cruzar el río”, describe el informe.
“La situación del cruce del río es observada por una decena de Gendarmes que se encontraban sobre el alto de la barranca. Tres de ellos bajan hasta el arbusto donde estaba Santiago gritando ‘acá tenemos a uno’, a su vez, el testimonio E escuchó un escopetazo. El testimonio E señala que esos tres gendarmes lo arrastran con golpes hasta el alto de la barranca donde se encontraba el resto de los gendarmes. Asevera que lo suben a una Unimog. Esa fue la última vez que lo vio a Santiago”, cita la cautelar.
El testigo E señala en su declaración que ya del otro lado del río, los peñis (hermanos) se subieron a caballo y llegaron hasta la punta de una loma, que es uno de los pocos lugares de la Pu Lof donde hay señal de celular. Desde ahí enviaron un mensaje a una lamien (hermana) que se encontraba en el ingreso a la tranquera con los organismos de Derechos Humanos, y le avisaron: “Se llevaron al brujo”.
La declaración de esta persona, al igual que la de Matías Santana, quien dijo que vio que subían “un bulto” a un Unimog de Gendarmería, pone aún más expectativa sobre los resultados complementarios de la autopsia realizada sobre el cuerpo de Maldonado, para determinar cómo y cuándo murió. Según contó Lleral a Infobae, los resultados estarían en 15 días.
Este mapuche de 19 años nunca declaró oficialmente. Ni ante Guido Otranto, ni luego ante Lleral. Por lo que, como ya aclaró el propio juez, es imposible que él haya revelado el lugar dónde estaba el cadáver de Maldonado. Según fuentes del caso, el testigo E nunca declaró por temor a represalias. Por eso la APDH lo presentó con identidad reservada ante la CIDH y aclaró que ni a sus abogados, Fernando Cabaleiro y Carlos María González Quintana, les dijo su apellido.
Una alta fuente del Gobierno le aclaró a Infobae que el informe de APDH elevado a la CIDH llegó a Lleral a través de Cancillería. El juez también desmintió al Gobierno.
Fuente: Infobae