Desde la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) advirtieron por la saturación del sistema sanitario, la escasez de recursos, como camas y respiradores, y la falta de personal médico. Argentina acumula 428.239 casos de COVID-19 y 8.919 víctimas fatales.
Lejos y olvidados en el tiempo quedaron los aplausos de las nueve de la noche. “Nos encontramos al límite de nuestras fuerzas, exhaustos, atendiendo cada vez más pacientes”. La frase revela con crudeza el padecimiento de los médicos que están en la primera línea de batalla, combatiendo al coronavirus desde hace más de seis meses, y que ven con desazón como los casos se multiplican a diario de manera exponencial. Por ello, llamaron a la reflexión: “No podemos más, nos están dejando solos”.
Una dura carta
A través de una dura carta, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) expresó la realidad a la que se enfrentan a diario y resumieron: “Sentimos que estamos perdiendo la batalla”. Pese al refuerzo del sistema sanitario argentino, los profesionales de la salud perciben que “los recursos se están agotando”. Además, advirtieron que “la mayoría de las Unidades de Terapia Intensiva del país se encuentran con un altísimo nivel de ocupación”, que las camas con respiradores “son cada vez más escasas” y, fundamentalmente, que falta personal médico.
No pueden multiplicarse
“A diferencia de las camas y los respiradores, los trabajadores de terapia intensiva no pueden multiplicarse. Ya éramos pocos antes de la pandemia y hoy nos encontramos al límite de nuestras fuerzas, raleados por la enfermedad, exhaustos por el trabajo continuo e intenso, atendiendo cada vez más pacientes. Estas cuestiones deterioran la calidad de atención que habitualmente brindamos”, explicaron en la solicitada.
En la misiva que lleva la firma de la presidenta de SATI, la doctora Rosa Reina, y su vicepresidente, Guillermo Chiappero, se comentó que desde la llegada de la pandemia a la Argentina trabajan a diario “enfundados en los equipos de protección personal”, por lo que “apenas podemos respirar, hablar, comunicarnos entre nosotros”.
Muertos y contagiados
“También tenemos que lamentar bajas, personal infectado y lamentablemente, fallecidos, colegas y amigos caídos que nos duelen, que nos desgarran tan profundamente”, graficaron con crudeza los trabajadores de terapia intensiva.
En paralelo al cuadro epidemiológico que atraviesa la Argentina, los profesionales de la salud no son ajenos a la crisis económica. “Terminamos una guardia en una UTI y salimos apresuradamente para otro trabajo; necesitamos trabajar en más de un lugar para llegar a fin de mes. Por horas y horas de trabajo estresante, agotador, pese a ser profesionales altamente calificados y entrenados, ganamos sueldos increíblemente bajos que dejan estupefactos a quienes escuchan cuál es nuestro salario”, revelaron.
fuente: infobae