Miles de tucumanos marcharon esta tarde con una consigna clara, proteger a la madre y al niño por nacer en lugar de legalizar el aborto.
El punto de encuentro fue el Monumento del Bicentenario a las 16:30 para partir desde allí hacia la Catedral, donde un escenario armado para la ocasión sería el lugar del acto principal.
Una tarde de sol y miles de caritas felices de la mano de sus padres le pusieron color, donde pañuelos rosas y celestes flamearon al viento. El pedido era claro, hacerle sentir a nuestros gobernantes la verdadera postura pro vida de nuestra provincia, que no nos íbamos a quedar de brazos cruzados esperando, que el miercoles en la Camara de Diputados no sientan el clamor del pueblo.
Desde diferentes puntos de la provincia familias enteras se movilizaron, sin colectivos o choripanes, sólo con la firme entereza moral de saber que no esta en nuestras manos quitarle la vida a otro ser humano y mucho menos uno indefenso, para defender nuestros valores y no permitir el abolicionismo de la familia, ya que es el verdadero núcleo de la sociedad y cerca de 7 cuadras de marcha y mas de 50.000 personas presentes lo desmostraron.
Dentro de este clima de amor fraternal una pregunta nos atraviesa: ¿cómo llegamos a esto? En que momento permitimos que el vientre materno se transformara en un lugar tan peligroso para las nuevas generaciones. Pero la respuesta está frente a nosotros, nuestros niños lo son, y mientras ellos comulguen nuestros valores siempre habrá esperanza.
Dentro de la marcha, como un ciudadano más, el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez no pasó desapercibido, como el buen pastor de su rebaño.
Otro sector que participó de la populosa movilización fueron los médicos, quienes manifestaron su postura en contra de la legalización al aborto con la frase “Conmigo no cuenten”.
Ya en el escenario principal se realizaron ecografías en vivo para que todos pudieran ver el desarrollo del niño en el vientre materno y emocionarnos con este milagro de la vida. Acto seguido se leyó un petitorio frente a políticos que se hicieron presentes.
Una de las más aplaudidas fue la escultura de un bebé en etapa de gestación, llamada Mercedes en honor a nuestra patrona. Que representa la inocencia y vulnerabilidad de cualquier ser humano en el seno materno, el cual debe ser preservado.