crimen

Un hombre fue condenado a dos años y medio de prisión condicional por haber instigado a su ex pareja a quitarse la vida en medio de un contexto de violencia de género. Se arribó al fallo a través de un juicio abreviado que quedó firme porque el penado anunció que no impugnará la sentencia. Fue una resolución que no tendría antecedentes en la historia judicial de la provincia.

El 15 de enero, pasadas las 22, Rosa del Valle Poma fue descubierta por sus familiares envuelta en llamas en una habitación de la vivienda ubicada en el barrio Las Tipas, en Las Talitas. La mujer, por las graves lesiones que había sufrido, falleció ocho días después en el Centro de Salud.

El fiscal Ignacio López Bustos, en un primer momento, acusó a la ex pareja Julio Antonio Soria del femicidio. Fundamentó su decisión al descubrir que la tragedia se había registrado minutos después de que el sospechoso se presentara en el domicilio, a pesar de que tenía una prohibición de acercamiento. También analizó que la mujer fallecida desde 2014 denunciaba al acusado por lesiones y amenazas.

Con el correr de los días, la teoría del fiscal fue derrumbándose. Los resultados de las pericias fueron determinantes. Todos los indicios daban cuenta que la mujer se había rociado con alcohol y perfume y que ella misma se había prendido fuego. Los testigos, que fueron en su auxilio, incluido el acusado, respaldaron esa versión.

Sin embargo, durante la investigación comenzó a encontrar testimonios que le dieron un giro a la investigación. Por ejemplo, Rosa Elvesia Diósquez, madre de la víctima, reconoció que su hija se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico por el contexto de violencia de género en el que estuvo inmersa durante varios años.

López Bustos, en base a los testimonios de los familiares, confirmó cuál había sido la situación que desencadenó la muerte de la mujer. El día que tomó la drástica decisión, Poma le había anunciado a Soria que quería vender la vivienda y él le dijo que no. Nancy Soria dijo que ambos comenzaron a discutir y ella se fue gritando: “¡Yo ya no quiero vivir, ya estoy cansada!”.

El fiscal acordó que el caso se resolviera a través de un juicio abreviado. Soria aceptó el acuerdo que se oficializó el lunes en una audiencia. El hombre, que reconoció haber sido el autor del hecho, fue condenado a dos años y medio de prisión por instigación al suicidio (la pena máxima es de cuatro). También se le prohibió acercarse a todos sus hijos y cumplir con una serie de conductas como no consumir bebidas alcohólicas ni drogas.

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