Por Marcelo Pérez – Diario Cuarto Poder / Vivir en el Gran San Miguel de Tucumán, sobre todo, se ha tornado en un verdadero calvario para muchas familias debido a la inflación que azota al país, como así también por los incrementos tarifarios de los que nadie puede huir. A todo hay que sumar la tozudez del intendente Germán Alfaro de comenzar a cobrar el estacionamiento callejero y otras multas a conductores para hacer “caja”. Y con la venia del municipio, se vienen nuevas subas en taxis y colectivos.
La vida es cara
La vida en Argentina es cara, pero más aún en el Gran San Miguel de Tucumán, donde en pocos kilómetros vive y confluye más de la mitad de la población. La inflación del 6% mensual en promedio se hace sentir, y más en una provincia que importa la mayoría de sus productos, sobre todo alimentos, como la carne o la leche.
En un radio de pocos kilómetros, un millón de personas desarrolla su vida cotidiana, laboral y estudiantil, al concentrar dicho distrito la mayoría de las fábricas, comercios, bares, oficinas, empresas de servicios, escuelas, facultades, clínicas y hospitales, y todas las dependencias del Estado.
Salir ya es un gasto
Desde Yerba Buena, Tafí Viejo, Banda del Río Salí y Lules, todos los días viajan cientos miles de personas para sumarse a otras tantas de la propia capital provincial para desarrollar sus actividades diarias. Y eso, de por sí, ya tiene un costo. Porque si se va en auto particular, el gasto en la nafta (volvió a aumentar el lunes pasado), el estacionamiento (ya sea en cocheras o en la calle), más el pago del seguro al día y la VTV, se va un dineral.
Si viaja en colectivo o en taxis, el boleto que se paga es el más caro del país, para el colmo, el servicio es muy malo y ni siquiera respetan las frecuencias. En el caso de los autos de alquiler, las tarifas son casi impagables para la zona del país. Ir de Yerba Buena a la Ciudad, por ejemplo, puede costar 600 pesos (ida y vuelta (1.200 pesos) por lo que sólo se puede usar ese servicio una o dos veces por semana, salvo que se trate de un empresario, gerente o empleado de banco.
Luz, gas, GNC, internet y telefonía
Pero como “la vida” no sólo es trabajar, trasladarse, vestirse y alimentarse; la gente debe lidiar todos los meses también con otros tipos de gastos, que hacen a “la vida” misma, y que tienen que ver con la necesidad de contar con servicios básicos que hay que pagar sí o sí, como el agua, la energía eléctrica, el gas, el internet y la telefonía (ya sea fija o móvil) para poder decir que se tiene un “vida”. Y todos esos servicios públicos y privados no paran de subir sus precios.
Los aumentos de mayo
GNC: aumentó el 15%, por actualización pendiente tras la suba de la nafta en el período anterior. Asimismo, los precios se regirán en porcentajes que se vinculen con el precio de la nafta súper. En Tucumán el precio del GNC pisa los 70 pesos por metro cúbico.
Alquileres: la suba trepó al 54%. Al mismo tiempo, sigue pendiente el debate por la modificación de la Ley de Alquileres. Para quienes firmaron el contrato en mayo del 2021, les aplica esta suba.
Expensas: tuvieron subas del 15% y hasta un 20%. Entre otros motivos, los encargados de edificios percibirán ajustes salariales del 17%, repercutiendo esto en el valor final de las expensas.
Telefonía e internet: aumentaron un 9,5% desde el 1° de mayo. Para julio está estipulado otro aumento similar.
Prepagas: se autorizó a todas las Entidades de Medicina Prepaga aumentos generales, complementarios y acumulativos. Se definió una escala progresiva de hasta un 8% a partir del 1 de mayo de 2022, 10% adicional y acumulativo a partir del 1 de junio de 2022 y de hasta un 4% adicional y acumulativo a partir del 1 de julio de 2022.
La boleta de la luz
En tanto, las boletas de la luz viene con un aumento escalonado hasta llegar al 33,9%. Así lo hizo saber el Ente Único de Control y Regulación de los Servicios Públicos Provinciales de Tucumán (ERSEPT) entidad que anunció la aplicación de un nuevo cuadro tarifario para la energía eléctrica. La actualización se realizará en tres tramos: mayo, junio y agosto de 2022.
Como un bálsamo para algunos, EDET acordó con el Gobierno de Osvaldo Jaldo, mantener su aporte para la vigencia de la Tarifa Social Eléctrica. Este será de $ 2.100 millones para el corriente año. Además, el aporte permitirá que el primer tramo (mayo), no impacte a los usuarios beneficiarios de la Tarifa Social, los que, al cabo de los tres períodos, tendrán un aumento promedio final de 12,9 por ciento. La Tarifa Social beneficia al 35 por ciento de los usuarios residenciales, es decir, unas 170.000 familias.
Los que pagarán las subas
Pero hay un grupo de trabajadores que no es ni rico ni pobre y que la pelea día a día para no caerse: se trata de la Clase Media trabajadora, que será la principal afectada por el nuevo esquema de “segmentación tarifario” que aplicará el gobierno nacional para el pago de la luz y el gas.
Los criterios que se tendrán en cuenta para identificar a los usuarios que dejarán de percibir subsidios por parte del Estado serán: Vivir zonas geográficas que sean consideradas polígonos de alta capacidad de pago identificados por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) en base al valor del metro cuadrado. Esto incluye a los barrios privados; tener un ingreso que supere el valor de 3,5 Canastas Básicas Totales para el caso de un hogar compuesto por cuatro integrantes. Este valor sería de $314.000; tener 3 o más inmuebles registrados; tener 3 o más vehículos automotores de antigüedad de cinco años o menor.
Los salarios seguirán perdiendo
Con los aumentos tarifarios en los servicios, de los alimentos y demás ítems que hacen a la vida misma (indumentarias –calzado, ropa de abrigo, frazadas-, transporte, esparcimiento, etc.) cae de maduro que los aumentos otorgados por paritarias se harán añicos y los salarios volverán a perder frente a la inflación que no da tregua. Por eso, pensar en poner más costos a los trabajadores, como el pago por estacionar en la calle sin ningún tipo de contraprestación o comenzar a cobrar multas a conductores por mirar el teléfono cuando paran en un semáforo en rojo, es descabellado. Son las ideas del intendente Germán Alfaro que busca recaudar plata como loco. (Será por eso que le pusieron el mote del personaje urbano “loco moneda”).
Tarifa eléctrica diferencial para el NOA
En tanto, Jaldo, junto a los gobernadores y legisladores del Norte argentino, insiste ante la Nación con el proyecto que busca que se subsidie el consumo de la energía eléctrica en las zonas cálidas, algo similar con lo que se hace en la zona fría con el gas.
A imagen y semejanza de la “zona fría” en el gas, que existía para la Patagonia, la Puna y Mendoza desde 2002, Jaldo junto a sus pares norteños reclamó por un subsidio eléctrico diferencial. Todo se sustenta en el hecho de que los usuarios del NOA y NEA, que tienen temperaturas que promedian los 40 grados entre octubre y marzo y salarios más bajos, deben pagar por las facturas eléctricas entre 3 y 4 veces más que los hogares del AMBA.
Para corregir esa asimetría promueven la creación de un fondo fiduciario para cubrir los subsidios destinados a reducir el valor de la energía entre el 40% y 45% del total de las boletas del servicio eléctrico que reciben los clientes residenciales del Norte Grande.
Por lo pronto la inflación sigue y los aumentos tarifarios también. En abril volvió a caer el consumo de carne y se sumó una fuerte caída de la leche. También se redujo la compra de indumentarias, la venta de motos, de repuestos de autos, y consumo con tarjetas de crédito. La economía está rota y, para el colmo, el 2023 todavía está lejos.