Por Manuel Rivas* de Diario Cuarto Poder / Un pequeño gran libro. La autora santiagueña radicada en Jujuy, Nancy Olivera, le ha dado vida a un personaje que alimenta la esperanza en un mundo brutal y mezquino. Muy recomendable.
Más allá de los “niños silvestres”
En aquel antológico tema de Joan Manuel Serrat, como lo es “Niño silvestre”, el compositor les canta a aquellos pequeños condenados a vivir en los peligros de la calle, por todas las circunstancias que los llevan a la marginación social.
En el libro “Tuka”, publicado en 2015 por Apóstrofe Ediciones, Nancy Olivera se enfoca en esa franja muchas veces incomprendida de la adolescencia. Allí en donde las marginaciones calan muy hondo en el alma y dejan huellas permanentes.
Su personaje principal, que le da nombre a la publicación, huye del dolor y la muerte, de la adicción y la soledad. Es una joven que vio morir a su compañero de una manera brutal y salvaje, como esa misma sociedad que la margina y prostituye.
Sus compañeros de viaje
La autora tiene el acierto de ubicar a la joven en compañía de dos animalitos callejeros, una perra y una gata, en las que se sostiene en esa obligada huida y en el deambular por los parajes de la yunga jujeña y de la ciudad de Libertador San Martín.
Los nombres de estos singulares compañeros, “La Chola” y “La Salvada” no son antojadizos y pintan esa mirada exterior siempre teñida de discriminación, incomprensión y marginación con el que se pinta el clima hostil en el que viven.
Esa joven que vela por el bienestar de su perrita, que salva a esa gatita que ha sido arrollada, y que no tiene vergüenza de buscar ayuda a pesar de su desamparo y pobreza, es la imagen de muchos jóvenes abandonados a su suerte.
Un nombre de coincidencia casual
“Tuka” es un término que se utiliza para denominar al cigarrillo hecho de marihuana, pero en el caso de la autora, ella revela que el nombre surgió por un modo de hablar de la zona en que se enmarca la narración.
“Tuqui se usa para preguntar tú quién eres, es una manera utilizada acá, por lo que la adapté y bauticé a la joven de la historia como “Tuka”, lo que resultó una coincidencia en cuanto a lo que le ocurre a la protagonista”, señaló Nancy Olivera.
La coincidencia fue descubierta antes de la presentación de la obra en la Feria del Libro, en Buenos Aires. “Es una coincidencia que va plenamente con el personaje”, subraya la autora de este maravilloso libro.
El amor como salvación
El desamparo y la soledad sólo se neutralizan con algo poderoso, como puede ser el amor. “Tuka” vive el amor por sus compañeros de viaje, pero también tiene la necesidad de hallar a ese otro ser que la comprenda, contenga y acompañe.
Esa es la clave por la que se avanza en un camino en el que el destino pone su condimento. La escritura de Nancy Olivera es impecable. Su tono es poético por sus propios gustos literarios.
Su interés por los adolescentes nace en el compromiso de su vocación docente, ejercida por muchos años en establecimientos educativos de la provincia del norte.
Afortunadamente su libro se puede conseguir en Mercado Libre a través del siguiente link: https://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-914544536-tuka-_JM
Un efecto mágico
La lectura de esta obra me genera, como lector, una mayor atención a aquellos jóvenes nómades, mochileros, artistas callejeros, adictos, abandonados, solitarios. Funciona como un semáforo en rojo que me dice: “Detente a mirar a estos jóvenes”.
El devenir de los relatos que se van entrelazando, nos lleva hacia la concreta esperanza de la salvación, que no les toca a todos, pero que se potencia como un acto de humanidad, con esa pequeña chispa de creer y sentir que se pueden superar los obstáculos.
Si todo el mundo leyera “Tuka” se sentiría distinto, más comprometido con el prójimo, con el más débil. Es por ello que sólo me queda decir que tiene un “efecto mágico” y que le agradezco al Universo que lo haya puesto en mis manos.
*Profesor de Letras e Historia, periodista y escritor.