Al hombre siempre le pareció llamativa la enorme diferencia física que mostraban en sus rasgos sus gemelos. De hecho, uno de ellos no se le parecía en nada. Ni sus boca, nis sus ojos, ni sus labios. Nada.
Pero lo tomaba con gracia y naturalidad. Nunca sospechó que no fuera su hijo.
Pero como parte de los análisis de rutina para anotar a sus hijos ante el registro civil de Xiamen, en China, tuvo que presentar junto a su esposa un análisis genético que demostrara la paternidad de ambos.
Los resultados llegaron con sorpresa: ambos niños compartían parte de su ADN con su madre, pero uno de ellos no tenían ni rastros del de su padre.
Cayó como una bomba en la pareja. La madre primero acusó a su marido de haber fraguado el análisis, pero finalmente aceptó que había tenido una noche de sexo con otro hombre.
“Por supuesto que quiero a mi hijo, pero no tengo ganas de criar al hijo de otro”, explicó el padre, cuyo nombre se mantiene anónimo, al diario chino Strait Herald.
Cómo sucedió
La información fue dada a conocer por el Centro de Autenticación Judicial Fujian Zhengtai de Xiamen y es un raro caso de lo que se conoce en biología como “superfecundación heteropaternal”.
Normalmente, cuando se produce un embarazo, el organismo suele bloquear la liberación de más óvulos. Pero a veces esto no ocurre, por lo que un nuevo óvulo puede ser fecundado. Si lo es por el mismo padre, se denomina “superfecundación homoparental” y si es fecundado por otro hombre, se la conoce como heteroparental. Para eso, la mujer debe tener relaciones sexuales con ambos hombres con pocos días de diferencia.
“Es un caso muy especial. Son gemelos fraternales [de dos óvulos distintos]. Es un caso muy inusual y raro”, dijo la directora de Centro de Autenticación Judicial.
El caso tuvo enorme repercusión en las redes sociales de China, con especulaciones sobre le futuro de la familia.
La superfecundación heteroparental, extraña entre los humanos, es común en perros, gatos y vacas, entre quienes el intercambio de parejas sexuales en un breve lapso de tiempo es mucho más frecuente.
Dos estudios científicos de comienzos de los 90, citados por The Guardian, brindan cifras distintas sobre la frecuencia de estos casos. Uno las ubica en 1 de cada 400 casos de gemelos fraternos. Otro, sostiene que es uno de cada 13.000. Pero hay pocos estudios en la materia y los casos sólo salen a la luz cuando existen dudas sobre la parternidad y los padres deciden hacer una análisis genético.