En 2023 el adelgazamiento de ese gas protector de la vida en la Tierra se formó antes que en una temporada promedio. Cómo afectó al sur de Sudamérica y qué se espera para el próximo mes.
El “agujero de ozono” es el adelgazamiento de la capa de ozono que se produce sobre la Antártida entre la primavera y el verano. Puede abarcar también a Sudamérica, especialmente el sur de la Argentina y Chile, como ocurrió el jueves y el viernes últimos, según informó el Servicio Meteorológico Nacional.
Se sospecha que el agujero de ozono de 2023 podría ser el más grande desde 2015. En la primera semana de octubre podría avanzar nuevamente sobre el territorio argentino, aunque todavía no está confirmado, según señaló a Infobae la comunicadora del SMN, Cindy Fernández.
Al reducirse la protección por la capa de ozono, se aumenta el riesgo de daños para las personas ante la exposición a los rayos ultravioletas del Sol. Por eso, se necesita usar sombrero, anteojos de sol adecuados y protector solar.
De acuerdo con el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS) de la Unión Europea, el agujero de ozono antártico de 2023 ha tenido un comienzo temprano.
El seguimiento permitió detectar un desarrollo más temprano que la media en agosto de 2023. Alcanzó rápidamente un área de más de 16 millones de kilómetros a partir del 29 de agosto.
Qué es el agujero de ozono
La vida terrestre ha sido protegida durante millones de años por una capa de veneno vital en la atmósfera que está compuesta de ozono. Sirve como escudo para proteger a la Tierra contra las dañinas radiaciones ultravioletas del sol.
La columna total de ozono se expresa habitualmente en Unidades Dobson. Cuando esos valores están por debajo de las 220 unidades se habla de la presencia de “agujero de ozono”. Se le llama así porque en las imágenes satelitales el área se ve de forma circular.
Cuando el área del “agujero” aumenta, el extremo sur de Sudamérica puede quedar bajo la influencia de masas de aire pobres en ozono, provenientes de la Antártida.
Los valores mínimos de la columna de ozono han sido inferiores al promedio durante gran parte de julio y agosto, pero ahora están volviendo a valores más típicos a medida que aumenta el área del agujero de ozono.
Qué pasa con el agujero de ozono en 2023
En condiciones normales en la estratosfera del hemisferio sur, el agujero comienza a formarse a mediados o finales de agosto, cuando el Sol se eleva sobre el Polo Sur, y se cierra hacia finales de noviembre.
Pero en 2023 —según los análisis de los expertos de CAMS— el desarrollo ha comenzado inusualmente pronto, siguiendo a lo largo de julio algunos de los valores mínimos más bajos de ozono total en columna para el Hemisferio Sur en las últimas cuatro décadas.
“Su área total es actualmente relativamente alta, aunque su progresión ha seguido un patrón de crecimiento bastante típico”, afirmaron los especialistas europeos en un reporte.
“El desarrollo del agujero de ozono de 2023 es el décimo mayor para agosto en el conjunto de datos de 43 años. El área del agujero de ozono y los datos mínimos de la columna de ozono mostraron importantes áreas de bajo ozono a principios de julio, que sólo se han registrado una docena de veces en las últimas cuatro décadas”, escribieron.
Una de las posibles razones que podrían explicar este inusual comienzo de la temporada de agujeros de ozono es el aumento de vapor de agua aportado a la atmósfera por la erupción del volcán Hunga Tonga en diciembre de 2021 y enero de 2022.
Este mecanismo tiene lugar porque el agotamiento del ozono se ve alimentado por los procesos químicos que se producen en las nubes estratosféricas polares. Esas nubes tienen más probabilidades de formarse cuando los niveles de vapor de agua en la estratosfera son elevados.
También se aclaró que las sustancias que agotan la capa de ozono que se han acumulado en la estratosfera y provocan una drástica disminución de la concentración de ozono sobre la Antártida en primavera cada año son principalmente de origen humano y habían sido emitidas por diversas industrias desde los años sesenta”.
Desde la adopción del Protocolo de Montreal en 1987, que eliminó progresivamente las nuevas emisiones, las concentraciones de las sustancias en la estratosfera se han frenado y hay signos significativos de recuperación de la capa de ozono.
Las sustancias afectarán a la capa de ozono durante muchas décadas, ya que se tarda mucho tiempo en ser eliminadas de la atmósfera. Se espera que en 50 años sus concentraciones en la estratosfera hayan vuelto a los niveles preindustriales y ya no se experimenten agujeros de ozono.
El director del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus, Vincent-Henri Peuch, comentó: “Nuestra capacidad para proporcionar análisis tridimensionales y previsiones del ozono en los polos es un potente enfoque para controlar en tiempo real cómo se desarrollan los agujeros de ozono y para evaluar cuáles son los factores clave que están detrás de lo que se está observando”.
Consideró que la tecnología disponible “permite saber hasta qué punto determinados acontecimientos afectan al desarrollo del agujero de ozono antártico de este año, como la erupción Hunga Tonga-Hunga Ha’apai del año pasado, que aumentó la cantidad de vapor de agua en la estratosfera. De hecho, actualmente es una cuestión abierta para los científicos, y CAMS seguirá proporcionando su información detallada de seguimiento hasta que el agujero de ozono de 2023 se disuelva a finales de noviembre o diciembre”.