Quiso robar, pero la empleada atendía a distancia y la mercadería estaba en máquinas: “No te puedo dar nada, porque no estoy ahí”, le dijo.

“No te puedo dar nada, porque no estoy ahí. Estoy a distancia”. La empleada del kiosco “inteligente”, a través de una cámara, le advirtió al ladrón que no iba a poder concretar el robo que pretendía. Desconcertado y en ridículo, el delincuente, con casco colocado, sacó una pistola, dio un golpe y tuvo que huir antes de que la persiana automática del local se le cerrara ante sus narices.

La insólita escena ocurrió el lunes pasado, a las siete de la tarde, en el negocio de la avenida General Roca al 1200, entre Crucero General Belgrano e Isabel la Católica, en la localidad bonaerense de Hurlingham​, que funciona desde mayo último.

El hombre entró al kiosco, adonde se paga y se recibe la mercadería a través de un buzón, simulando ser un cliente. Fue hasta la pantalla del Pago Fácil, pero la empleada le advirtió que no había sistema. Pero enseguida revelaría sus verdaderas intenciones: como los productos se encuentran dentro de máquinas protegidas por acrílicos y con pantallas táctiles, no le quedaba otra que asaltar a quien atendía, algo imposible, porque no estaba en ese lugar, sino detrás de una cavidad cerrada, observando y escuchando todo, vía streaming.

“Al no escucharlo bien por el casco, no entendía bien lo que quería decir. Mi compañero se dio cuenta, activó la alarma y se empezó a bajar la cortina. Entonces se fue, porque si no se iba a quedar encerrado”, contó esta mañana la empleada, de nombre Camila, al canal Crónica TV.

Camila, la empleada del kiosco "inteligente" que dejó en ridículo a un ladrón, en Hurlingham.

Camila, la empleada del kiosco “inteligente” que dejó en ridículo a un ladrón, en Hurlingham.

Asimismo, el dueño del quiosco, Sergio Iribarren, de 41 años, explicó que “trabajar a distancia fue la solución” contra los hurtos y robos en estos quioscos de autoservicio. Algunos empleados, incluso, atienden a 10 cuadras de distancia, adonde se encuentra la fábrica.

El comerciante contó que para instalar un local de estas características se requiere una inversión aproximada a los 30 mil dólares y que “por día trabajan cuatro personas, una de ellas para Pago Fácil”.

Sergio Iribarren, el dueño del kiosco "inteligente" que dejó en ridículo a un ladrón, en Hurlingham.

Sergio Iribarren, el dueño del kiosco “inteligente” que dejó en ridículo a un ladrón, en Hurlingham.

“Este buzón es común en varios negocios. El cliente puede abrir la ventanilla para colocar el dinero y, una vez depositado, el empleado opta por desbloquear la puerta de seguridad para tomar el efectivo y dejar el producto seleccionado previamente a través de la pantalla táctil”, precisó Iribarren.

Fuente

Comments

Comentarios