Por Marcelo Pérez* para Diario Cuarto Poder | En menos de un año Tucumán logró sextuplicar los envíos de fondos nacionales hacia su territorio.
Con Mauricio Macri como presidente, evidentemente la relación no era la mejor, pero con Alberto Fernández la situación cambió, al punto de que hoy Tucumán es el segundo distrito del país que más asistencia económica recibe.
La decisión del presidente Alberto Fernández de restarle coparticipación federal a la Ciudad de Buenos Aires consolidó el lazo que une a los gobernadores peronistas con la Casa Rosada, y Juan Manzur, gobernador de Tucumán, fue uno de los que más aplaudió la iniciativa.
El tucumano sabe que restarle un punto a la coparticipación porteña significa un acto de equidad y justicia para el interior, siempre postergado y rezagado.
Federalismo puro
Fue un acto de “federalismo puro” y también de compromiso ya que, es sabido, Alberto Fernández quiere apoyarse en los gobernadores del interior para darle sustento político a su gestión.
Mientras patalea y rezonga el jefe de gobierno de la “opulenta” Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y se cura en sano por las dudas, Juan Schiaretti, el gobernador de Córdoba, Alberto aceleró el armado de la liga de gobernadores del PJ para lograr la gobernabilidad frente a una oposición cada vez más dura y crítica contra el gobierno.
A sabiendas de que necesita del apoyo de las provincias (de los gobernadores, diputados y senadores) para asegurar respaldo a sus medidas en el Congreso, las provincias reciben fondos.
Así, mientras le quita recursos a la CABA, Alberto puso en marcha un nuevo programa de obras en Tucumán, Chubut, provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Tierra del Fuego, por una inversión total de 31.000 millones de pesos. Se trata de obras viales, de infraestructura, puentes, habitacionales, cloacas, desagües, etc.
Por la felicidad de millones
“Quiero que la Argentina sea un país más igualitario, federal, que crezca no en la concentración de unos pocos sino en la felicidad de millones”, señala el Presidente mientras los gobernadores (oficialistas sobre todo) se refriegan las manos.
Es que con la quita de fondos a la CABA cobra fuerza entre los gobernadores peronistas el viejo sueño de reestructurar el sistema de coparticipación de impuestos de la Nación a las provincias.
Para los 19 gobernadores del PJ que apoyan a Alberto Fernández, “reducir desigualdades para una Argentina Federal, es empezar a corregir los desequilibrios de un país concentrado”.
El esquema de Alberto Fernández de apoyo mutuo con los gobernadores del PJ va más allá del decreto de quita de coparticipación a los porteños. Se completa con el giro de fondos de ATN, ayudas extra por la pandemia y repartos de planes sociales.
Dos provincias
El último informe de la consultora Aerarium revela que las trasferencias discrecionales de fondos nacionales tuvieron un marcado sesgo hacia la provincia de Buenos Aires y Tucumán.
En efecto, son dos distritos emblemáticos para Alberto: el manejado por Axel Kicillof y Juan Manzur. Uno, gobierna la provincia que más voto le entregó para ser presidente, y la otra es dirigida por uno de los primero que lo apoyó en la nueva etapa de su vida política.
La provincia de Buenos Aires se llevó hasta aquí más del 51% del total de giros realizados por el tesoro nacional a las distintas jurisdicciones.
El mismo informe señala que la asistencia financiera a las provincias en el marco de la pandemia contempló una asignación de recursos por $120.000 millones provenientes del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), así como del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial.
Los gestores de este dispendio a las provincias son el ministro del Interior, Eduardo de Pedro y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quienes en las últimas semanas potenciaron sus “visitas” virtuales a distintas provincias para presentar planes de obras o nuevos giros de fondos en el contexto de pandemia.
Con Fernández todo cambió
En Tanto, Tucumán, pasó de recibir 1.408 millones de pesos en todo 2019, a superar 8.317 millones, en los primeros 8 meses del año. Un aumento del 491 por ciento. Sin duda, la provincia fue una de las más beneficiadas en el reparto de ayuda en la pandemia.
Para tener una idea más acabada, en el mismo tiempo Fernández aumento los envíos a Jujuy un 105 por ciento; a Santiago del Estero un 101 por ciento; a Catamarca un 91 por ciento; a La Rioja un 81 por ciento; y a Salta un 47 por ciento. El mimo del Presidente para con Tucumán está a la vista.
“Cada semana o cada diez días, el Presidente se comunica con nuestro gobernador (Juan Manzur) y escucha los reclamos. Hay verdaderamente ahora un gobierno nacional que está enfocado en lo federal”, dijo Gabriel Yeldin, ministro de Desarrollo Social de la provincia.
Todos en Argentina, desde Ushuaia a la Quiaca, saben que nuestro país, por más federal que se diga, se fue construyendo de un modo muy desigual, poco equitativo y equilibrado. Era (es) una Argentina central y otra periférica.
Ahora, con la impronta de Alberto Fernández como presidente, se comenzó a configurar un país federal en serio, en donde los recursos llegan más a los distintos distritos.
“Mi palabra siempre fue construir con 24 gobernadores un país federal. Este aún es un país desigual y que por lo tanto hay que tomar medidas que van a beneficiar a algunos y perjudicar a otros. Ahí tiene que estar la solidaridad de todos nosotros, porque el perjuicio no es quitarle a alguien lo que necesita, sino quitar la abundancia de algunos lugares para quitar las carencias que tiene la Argentina”. Más claro, imposible.
Para Manzur, esta movida con el presupuesto nacional implica una distribución más equitativa entre las provincias. “La Argentina tiene que cerrar brechas con respecto a la distribución de ingresos. El norte argentino históricamente siempre estuvo postergado con respecto a otras regiones. Este diseño del presupuesto federal nos llena de entusiasmo y alegría. Nos genera esperanza de un futuro mejor”.
*Periodista, columnista político y económico