La última vez que sucedió fue en marzo de 2013. La fábrica de talentos ya no produce como tiempo atrás.
Es un momento duro y complicado para River. No encuentra respuestas y urge la necesidad de vacaciones para limpiar la mente, planificar y reconstruir. Pero, aún queda un partido y no se trata de uno cualquiera. El equipo de Marcelo Gallardo deberá disputar una final, el sábado contra Atlético de Tucumán, en Mendoza. Y en medio de este panorama sombrío, de la formación que el Muñeco puso en cancha contra Gimnasia La Plata , surge un dato poco alentador de cara al futuro: el conjunto de Núñez no tuvo ningún jugador de las divisiones inferiores entre sus titulares. No pasaba hace más de cuatro años. Y en un club como River, que siempre se nutrió de su prodigiosa cantera, parece es un sacrilegio.
Bologna; Casco, Maidana, Pinola, Saracchi; Fernández, Ponzio, Rossi, De La Cruz; Santos Borré y Scocco, fueron los once que Gallardo puso en La Plata. Ninguno transitó los caminos de las Inferiores con la banda. Tampoco, los 11 que Ramón Díaz eligió el 17 de marzo de 2013 en un 0-1 ante Newell’s: Barovero; Mercado, Román, Bottinelli; Abecasis (venía de Central), Sánchez, Ponzio, Rojas, Vangioni; Mora y Luna. A Ramón y a Gallardo, dos productos de la cantera millonaria, esta situación no les debe haber causado gracia. Sobre todo al Muñeco, quien durante su gestión hizo debutar a 24 pibes del semillero.
Ninguno pudo afianzarse hasta el momento. La apuesta de Augusto Batalla no salió; Gonzalo Montiel está haciendo un proceso; a Alexander Barboza, Tomás Andrade, Exequiel Palacios y Zacarías Morán Correa aún les falta un golpe de horno y Lucas Martínez Quarta, la joyita de la defensa, está sancionado por dóping. En tanto, Germán Lux, también surgido de River, regresó de Europa este año pero perdió la titularidad recientemente. Son apenas ocho los futbolistas made in Núñez que integran el plantel de Primera. Y la Reserva (ayer cayó 1-0 ante Gimnasia y está en la 11ª posición ) la calidad es escasa.
Lo que queda en evidencia a través de estos datos es que desde hace varios años las Inferiores de River tuvieron una involución. Y las últimas joyas fueron vendidas. Por las ventas de Daniel Villalva, Gaspar Servio, Manuel Lanzini, Germán Pezzella, Ramiro Funes Mori, Matías Kranevitter, Emanuel Mammana, Eder Alvarez Balanta, Guido Rodríguez, Giovanni Simeone, Augusto Solari y Sebastián Driussi, River recibió cerca de 70 millones de dólares. Otros, como Gustavo Bou, Leandro Chichizola, Leandro González Pirez, Lucas Boyé se fueron libres. Hubo una especie de liquidez. Aunque gran parte de ese dinero se utilizó para eliminar deudas económicas y financieras que venían de gestiones anteriores.
Eso sí, se está pagando el costo en lo deportivo. Porque muchos de los refuerzos no rinden y ya no aparecen esos pibes llenos de talento, como lo fue Alonso a principios de los ‘70, Ortega, Gallardo, Aimar y Saviola en los ‘90 y D’Alessandro y Cavenaghi en los comienzos de los 2000, por citar algunos casos. De hecho, durante esas dos décadas la alimentación de jugadores de calidad de Inferiores a Primera fue constante. No fue casual que entre 1989 y 2013 no haya habido una sola formación del equipo principal de River que no tuviera al menos a un jugador del semillero.
La historia es diferente ahora. Por eso, la idea de River es hacer una fuerte inversión para que las Inferiores vuelvan a ser un orgullo del club.
Fuente: Clarín