muerte

Apenas llegó a Mar del Plata desde San Miguel de Tucumán, acompañado de su amigo “Beto”, Cristian Eduardo “Chiqui” Flores (41) compartió el primer posteo en Facebook, el miércoles pasado, a la 1.46 de la madrugada, en el mismo escribió:

“Las primeras imágenes de MDQ 2022… Fresquito, nublado y ventoso pero siempre hermosa la playa, el mar y todo lo que esta ciudad majestuosa tiene para ofrecerte… Mar del Plata es atractiva y cautivante, no en vano le llaman La Feliz”.

Este sábado a la noche fueron a bailar al boliche Éxtasis y al salir, como acostumbraban, caminaron poco más de 500 metros para meterse al mar, a la altura de la calle Rivadavia, entres las playas Bristol y Popular, de donde Flores ya no pudo volver. Murió ahogado.

“Tengo que meterme al mar como Dios me mandó al mundo”, solía decirles a sus amigos. Se sacó la ropa y la dejó en la orilla, junto a su celular, cuando todavía no había guardavidas, alrededor de las siete de la mañana del domingo.

Al rato, le gritó a “Beto”, desesperado: “¡Ayudame!”. El joven intentó salvarlo, pero no pudo. Todavía no se sabe lo que le pasó, porque sabía nadar y tenía un buen estado físico. Algunos arriesgan que estaría alcoholizado, pero lo cierto es que falleció y al rato agentes de la Prefectura Naval encontraron su cadáver a más de 300 metros de la costa.

Antes de llegar a Mar del Plata, Flores había pasado por Buenos Aires, adonde llegó en avión desde Tucumán. Era la primera vez que volaba. “Fue una experiencia suprema y adrenalínica”, describió. Cenó en una pizzería y paseó por Puerto Madero, por la avenida Corrientes. También compartió fotos.

“Chiqui” vivía en Tucumán, adonde tenía un quiosco. Había adoptado a Mar del Plata como el lugar de sus vacaciones. Era soltero y “amaba el mar, siempre hablaba del mar”, contó su amigo David Lazarte (26), en medio del viaje para llegar y cremar sus restos.

“Si me pasa algo, me gustaría que me lleven al mar”, les decía Flores. Por eso, ya decidieron que van a cremarlo este martes. Dejarán una parte de las cenizas donde sucedió su muerte y otra se la llevarán a sus padres y hermanos, de humilde condición social. Como el costo del trámite es de 132.000 pesos, lanzaron una campaña en las redes sociales para juntar fondos.

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