Como en años anteriores, unos 300 buques extranjeros, mayormente chinos, llegados a fin de 2020 apuntan principalmente al calamar. Estiman entre 2.000 y 3.000 millones de dólares el valor de captura “en bodega”.
El espectáculo es impresionante. Por la luminosidad, parece el sobrevuelo de una ciudad de mediano porte. Pero no. Son los aproximadamente 300 buques extranjeros -chinos, coreanos, taiwaneses, españoles, portugueses- pescando en la llamada “Milla 201”, en el borde exterior del Mar Argentino, la Zona Económica Exclusiva (ZEE) reservada para la pesca de los buques con bandera argentina.
Armada Argentina
La imagen fue tomada desde un Turbotracker de la Armada Argentina. La luminosidad es parte de la técnica de pesca: atraer los cardúmenes de Calamar Illex, una especie migratoria y fotosensible, de modo que se refugien de la luz debajo, precisamente, del casco de los barcos poteros, diseñados específicamente para la pesca del calamar, que con sus potas comienzan la captura.
Así lo explica el capitán de Corbeta Ricardo Schroeder, en el video adjunto, en este caso desde un Super King Air 200, de Beechcraft, a fines de enero, en una operación de control de la Armada. Es una nave modificada en los 90s, por un trabajo conjunto entre la Armada y la entonces secretaría (hoy Ministerio) de Agricultura y Ganadería, de la que depende la Subsecretaría de Pesca.
Volúmenes en juego
Hoy en día cada uno de esos barcos está capturando entre 10 y 20 toneladas de calamar por día, dice Juan Redini, presidente de la Cámara de Armadores Poteros Argentinos (CAPA), la parte de la industria pesquera argentina dedicada al calamar. En diez días, estima Redini, esa ciudad marina de buques extranjeros pesca unas 30.000 toneladas, en un mes 90.000, en dos meses 180.000, con lo que ya supera lo que en todo el año pasado pescaron los poteros argentinos, 170.000 toneladas.
La flota extranjera, mayormente china, llegó al Atlántico Sur a mediados de diciembre, después de incursionar primero frente a las costas de Ecuador, Perú y Chile y cruzar por el Estrecho de Magallanes para llegar a la Argentina justo al inicio de la zafra del Calamar Illex, que sigue hasta julio/agosto.
En los últimos años, la zafra del calamar se fue adelantando, precisamente para intentar achicar el daño de la pesca de buques extranjeros, pero este año, por el protocolo covid-19, empezó el 17 de enero. El daño económico es difícil de mensurar, pero es inmenso. “Los poteros acá somos 70 barcos, y vendemos a los mismos mercados; si ellos (por los buques extranjeros) pescan bien, los precios pueden caer de un rango de entre USD 2.700 y 3.000 la tonelada debajo de los USD 2.000. Y los costos nuestros son mucho más altos, en una proporción de 10 a 1, explica Redini.
No sólo el calamar
El fenómeno afecta no solo al calamar, sino a todo el ecosistema, explica Pucci, porque además la flota extranjera viene con una parafernalia logística de buques de combustibles, víveres y factoría para hacer trasbordos en Alta Mar.
fuente: infobae