Por la disparada del precio de la carne, de la leche y derivados lácteos, verduras y frutas, en marzo los precios de los alimentos básicos aumentaron el 9,83 % versus una inflación promedio del 7,1%. Para ser Clase Media, un trabajador debería ganar $ 293.925 mientras que con un salario de 190.000 una familia es pobre.
Los principales impulsos en Alimentos provinieron de Carnes y derivados (12,6%), Leche, productos lácteos y huevos (10,1%), Pan y cereales (6,3%), Verduras, tubérculos y legumbres (11,2%) y Frutas (10,9%).
Por su parte, en 12 meses, todos los rubros de alimentos acumulan un alza de tres dígitos.
En promedio es del 117,4% que se desagrega en: Pan y cereales con una suba del 105,2%; Carnes y derivados 103,7%; Pescados 117,0%; Leche, productos lácteos y huevos 113,7%; Aceites, mantecas y otras grasas 131,5%; Frutas 162,1%; Verduras, tubérculos y legumbres 112,8%; Bebidas no alcohólicas 106,6% y otros alimentos 106,6%.
La línea de indigencia para una familia tipo superó los $ 100.000: alcanzó los $ 107.836. Así, en solo en los 3 primeros meses de este año, la canasta básica de indigencia -equivalente a la inflación de los sectores más pobres- subió el 29,3 %.
Se descuenta que los índices nacionales de precios y los valores de las canastas- que el INDEC difundirá la próxima semana- se acercarán a estos porcentajes.
Si se suma un alquiler modesto, para no ser pobre una familia tipo (matrimonio y 2 hijos menores) necesitó más de $ 260.000.
Con estos valores, la línea de indigencia se incrementó en 12 meses un 117,4% (de $ 49.062 a $ 107.836) y la de pobreza 111,4% (de $ 90.467 a $ 191.241).
Los pobres son más pobres
El 9,83% de incremento de los precios de los alimentos básicos marca una fuerte aceleración. En noviembre fue del un 3,8%. En diciembre del 5,1%. En enero del 7,75%, en febrero el 9,29% y en marzo del 9,83% Y se espera que la medición de abril arroje también porcentajes altos porque continuaron, entre otros, los aumentos de los precios de las frutas y verduras, en los lácteos y en las bebidas gaseosas.
En consecuencia, la suba de los precios golpeó más a las familias de menores recursos que destinan el 100% de sus magros ingresos a la alimentación.
Estos valores explican que la indigencia siga creciendo porque, aunque hubo mayores niveles de empleo, en los sectores informales se concentran los trabajos precarios, con ingresos más reducidos y también porque los incrementos salariales de los trabajadores formales fueron inferiores al inflación.
A su vez, para costear los gastos de un sector medio, los ingresos deberían superar los $ 293.925,57, sin contar el eventual alquiler. En ese caso, deberían superar los $ 370.000.
fuente: clarin