Alejandro de Tomaso fue un millonario que ganó las 24 Horas de Le Mans, diseñó el Ford Mustang, Elvis Presley era su cliente, se casó con famosas y hasta puso un auto argentino en la F1.
Si hay vidas de película, una de ellas es la de Alejandro De Tomaso. Un argentino que es leyenda en Italia. Nació un 10 de julio de 1928 en el seno de una familia millonaria.
Su padre, Antonio, fue médico, abogado y ministro de Agricultura de Agustín Pedro Justo. Murió el 3 de agosto de 1933, a los 39 años. La madre de Alejandro provenía de una riquísima familia española descendiente del virrey Pedro de Cevallos. La mujer poseía 120.000 hectáreas de campos en San Luis.
Un dandy. Enamoró a muchos mujeres y estuvo con famosas.
Alejandro, que fue un dandy, también era un enamorado de la vida y las aventuras. A los 15 años dejó la escuela y fue a trabajar a la estancia familiar de San Luis. Lo hacía para escapar de los libros y buscar lo que más deseaba: conocer mundo.
Terminada la Segunda Guerra Mundial colaboró junto a Roberto Noble en la fundación del diario Clarín. Pero lo suyo no era el periodismo, sino los autos. Su primer sueño era ser corredor. En 1955 ganó los 1.000 Kilómetros de Buenos Aires con una Maserati. El mismo año, participó de una conjura para derrocar al presidente Juan Domingo Perón. Descubierto, abandonó el país.
Su auto emblema: el Pantera. Elvis Presley compró uno.
Vendió un campo de su esposa, la multimillonaria Lola Güiraldes, con la que tenía tres hijos, los dejó en Argentina y se subió a su avión con dos valijas repletas de dinero. Él mismo lo manejó hasta Uruguay. De allí, rumbo a la tierra de sus abuelos: Italia.
En esos pagos arrancó como piloto de pruebas de los hermanos Maserati. En la fábrica conoció a una norteamericana hermosa: Elizabeth Isabelle Haskell, que era piloto de autos. Cuando se casó con ella, en 1956, no sabía que era la nieta de William Durant, uno de los fundadores de General Motors. Para festejar su casamiento, De Tomaso logró la mayor victoria en las pistas: las 24 Horas de Le Mans. Sueño cumplido.
Cuando conquistó a la Ford con uno de sus modelos. Diseñador genial.
En 1959 empezó a forjar su segundo sueño. Su empresa de autos. Abrió el taller De Tomaso Automobili. Su primer modelo se llamó Isis (en honor a Isabelle) y lo hizo debutar en el autódromo de Sebring, Estados Unidos. Abandonó, pero marcó el récord de vuelta a 240 km por hora. Quince equipos pidieron comprar un Isis. Era un escalón para su tercer sueño: la Fórmula 1.
En 1965 desarrolló su primer auto de calle, el Vallelunga. Fue un éxito. Luego le siguió el Mangusta. En 1969 diseñó el mítico Ford Mustang a pedido de Henry Ford II, que compró el 80% de la empresa.
El museo que tenía De Tomaso. Con esa máquina ganó las 24 Horas de Le Mans.
Luego, el argentino crearía su obra cumbre: el Pantera. Ford II lo puso en el mercado. Se vendió como pan caliente. Ayudó que uno de los primeros en adquirirlo fuera Elvis Presley. El rocker maltrataba los autos. Un día el Pantera amarillo no le quiso arrancar. Fue a buscar un revólver y le metió dos balazos en el tablero.
El de Tomaso en la Fórmula 1. El mánager del equipo era un tal Frank Williams.
En 1970 De Tomaso cumplió otro sueño: llegó a la Formula 1 con su auto. Era rojo y todo a lo largo llevaba los colores de Argentina y el logo familiar.La Letra T. La misma que se usaba para marcar a su ganado en San Luis. El mánager del equipo era Frank Williams. En la cuarta carrera, el 21 de junio, en Zanvoord, Holanda, murió su piloto, el inglés Piers Courage. Al terminar la temporada, Alejandro se fue de la F1.
En la época de esplendor, la fábrica tenía 8.000 empleados.
Un nuevo sueño era competir comercialmente con la FIAT. Lo logró.Compró muchas marcas importantes de autos y motos de Italia. Incluso Maserati. Tenía 8.000 empleados y facturaba 700 millones de dólares anuales. Sabía hacer negocios. Un día, Rafael Trujillo, hijo del dictador de República Dominicana, necesitaba plata para sacar a su padre de la cárcel. De Tomaso se la dio a cambio de la concesión de sus productos en el país centroamericano.
El De Tomaso de la foto participó en Rápidos y Furiosos 5. Mítico.
Sólo le quedaba un sueño. Sacar otro modelo Pantera. Pero en 1993 sufrió un derrame cerebral y ya no fue el mismo. El 21 de mayo de 2003 falleció. La empresa quedó en las manos de su viuda, Isabelle, y de su hijo Santiago. En 2004 pusieron en venta el imperio. Empezó a pasar de mano en mano. Y en mayo del 2014, 1.800 empleados quedaron en la calle. La De Tomaso fue declarada en quiebra. El año pasado, un grupo chino la compró por apenas 1.500.000 de dólares, apenas el 1% del valor de la empresa en su época de esplendor.
La fábrica abandonada y los prototipos de un nuevo Pantera que nunca nació.
En la vieja fábrica sólo quedan un centenar de hectáreas en ruinas, con autos abandonados. Dentro de uno de los galpones estaban los prototipos de Pantera que el argentino estaba diseñando en 2003. Era su último sueño. El único que no pudo cumplir. o tal vez sí, en algún lugar lejano, el Pantera debe estar corriendo…