Escritores contra la pandemia | El joven escritor tucumano Mariano Alarcón se suma con el relato de una venganza en la ficción, pero que se puede dar en la vida real. Una lección para no subestimar a nadie. Muchas gracias por su generosidad.
La venganza
Este relato ocurrió hace unos años atrás; resulta que un grupo de amigos jugaban y se divertían burlándose de un chico, hijo del verdulero del barrio que por desventura tenia defectos físicos lo cual era causante de malas actitudes por estos tipejos, amantes de hacer sentir mal al pobre de Eusebio, como se llamaba. Víctima de toda clase de bajeza que a este se le generaba por estos tres patanes; Miguel, Fernando y Emiliano, quien con sus bocas hacían salir sonidos que lo desmoralizaban, el daño hacia la cualidad de exceso de masa muscular en zona abdominal. El hecho de ser descendiente de un simple comerciante y demás calificativos a la que este se vuelve mártir del cuchillo más filoso que es la lengua.
Como el tiempo pasa y los niños crecen, el trio que se juntaba a hacer flatulencias parece no evolucionar favorablemente, no cimenta futuro ni obtiene beneficio para su porvenir.
Miguel, de cuya familia disfuncional no tuvo otro remedio que pasar por distintos institutos correccionales que a merced del sistema para velar por su seguridad. Por el entorno en que estaba inverso; quien era su padre putativo tenía muy mal carácter; a consecuencia peleas y desencuentros para todos los miembros de este matrimonio. A posterior que fue el causante del deceso de su esposa. La actuación de las autoridades fue alojarlo en este tipo de albergues esperando una solución que se hace esperar, haciéndolo un “hijo de nadie”.
Fernando es un chico intrépido, seguro de sí. Tiene junta de amigos por doquier, y bueno se deja llevar por estas influencias, a veces buenas a veces mala. En definitiva, va haciéndose partícipe de las actividades que realizan estos conjuntos; lo cual fue parte de flagelos que a muchos de su corta edad son esclavos. Prueba y prueba, después se vuelve adicto, después dependiente ya es consumidor compulsivo solo se espera la muerte de forma oficial porque ya es un muerto viviente.
El ultimo Emiliano, de cuyo origen es de un buen pasar, la crisis económica fue cruel con este. Sus progenitores tuvieron que declararse en quiebra dado a que no tenían sustento para mantener semejante empresa. Ya no eran las personas respetadas que una vez fueron, ahora el fantasma que los avergonzaba estaba cerca. No teniendo otro remedio que empezar a vender de a poco lo que tienen, lo que cosecharon con tanto afán, lo que fue heredado de años para poder mantener el estómago lleno. Desligarse a veces por menos del valor que tiene, de un comercio desesperante de quienes encuentran provecho de la necesidad ajena. Este protagonista fue creciendo y las carencias fueron mayores, buscaba trabajo y el único lugar donde lo obtuvo fue en el negocio de vegetales de la familia de que fue objeto de sus mofas. Que estos por buenas personas que son y solidarios lo hace un empleado de aquel lugar que tanto había hablado mal.
De Eusebio sus lágrimas fueron enjugadas, su masa voluptuosa desapareció, su aspecto fue mejorando como su habla haciendo un caballero fornido y de buena presencia. Ya no había nada malo que evaluar y estaba a punto de hacer de su profesión que tanto amaba, transformándose en un ingeniero de avances tecnológicos, siendo becado para actuar en lugares de grandes potencias.
A veces se pierde o se gana pero la actuación de cada actor en una batalla es lo que determina para sí.
Mariano Alarcón
Datos del autor
Mariano Alarcón nació hace 29 años en San Miguel de Tucumán. Es estudiante universitario de Derecho y aficionado a la literatura y al arte ademas. Participa del taller literario del Espacio de Epicuro, además de incursionar en talleres de pintura y escultura.
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