La organización uruguaya Vida Marina criticó la pesca recreativa de la sarda, un ejemplar considerado en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Alertan sobre el descontrol de la práctica.
La polémica por la pesca de especies amenazadas se profundiza en Uruguay. El jueves pasado, un grupo capturó un tiburón de cerca de dos metros de largo cerca de la Isla de Lobos, al sudeste de Punta del Este. El animal fue pescado desde una embarcación llamada “Linda” donde los tripulantes estuvieron varios minutos forcejeando para retirarlo del agua.
Durante la jornada, el tiburón se transformó en la “gran atracción” ya que el ejemplar fue colocado boca abajo en el puerto de Punta del Este. Y así comenzaron a multiplicarse las fotos y los videos en las redes sociales.
El ejemplar de las imágenes es una sarda, una de las especies más grandes y emblemáticas que hay en las aguas uruguayas y su nombre científico es Carcharias taurus. “Es la más común entre las grandes especies costeras, especialmente en la costa atlántica y particularmente en Rocha”, explicó en declaraciones a El Observador el biólogo Federico Mas.
Tras la viralización de las imágenes, la organización Vida Marina reclamó: “Nos entristece esta pesca que muchos llaman recreativa de un tiburón sarda en Punta del Este”. En el comunicado publicado en su cuenta de Instagram la asociación detalló que “la población de esta especie se redujo un 90% en cuatro décadas en el Atlántico sudoccidental y se encuentra críticamente amenazada en la región”.
“La especie es particularmente vulnerable debido a su reproducción tardía y baja fecundidad: las hembras alcanzan su madurez reproductiva a los 9 años y paren sólo dos crías cada dos años”, agrega el texto.
La queja está dirigida a los pescadores pero también a las autoridades. Es que en Uruguay no está prohibida la pesca recreativa de esta especie de tiburón. Se puede pescar pero no comercializar. Y como no se necesita permiso para la pesca recreativa, es difícil saber cuántos tiburones son capturados al año.
Como la tasa de crecimiento poblacional de esta especie es muy lenta, los expertos advierten que una pesca excesiva sostenida puede producir un escenario perjudicial. “Es difícil saber a ciencia cierta cuántos eventos de estos ocurren al año, y ese es un aspecto que sí sería ideal que mejore. No poder dimensionar qué tan grandes son las mortalidades en todas las modalidades de pesca en conjunto es una limitación y un potencial problema, especialmente con especies con características biológicas como esta”, afirmó Mas.
De hecho, la sarda está considerada críticamente amenazada en la región por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y el Plan de Acción Nacional para la Conservación de los Condrictios en las Pesquerías Uruguayas (que incluye tiburones, rayas y quimeras) la considera como una especie prioritara para la conservación. Su población es la misma que frecuenta Brasil y Argentina, ya que son capaces de migrar seis mil kilómetros.
El biólogo explicó que la aparición de ejemplares juveniles y adultos de esta especie en Uruguay depende de la época y la zona, y que no son en absoluto peligrosos para los bañistas. “La mirás y mete miedo por su presencia, por sus dientes, pero es una especie muy tranquila, muy común en los acuarios”, señaló Mas en diálogo con Montevideo Portal.