Una investigación que dio inicio a fines de 2023, cuando la Policía retuvo un vehículo con pedido de secuestro que circulaba por Yerba Buena, terminó arrojando varias sorpresas, la primera detrás del volante, ya que el conductor era un miembro de la fuerza de seguridad provincial, primer indicio llamativo en una causa que a estas alturas se encamina a implicar a otros efectivos policiales, empleados de un Registro Automotor, algunos delincuentes bastante conocidos e incluso narcotraficantes, todos ellos miembros de una polifacética banda surgida en Tucumán, aunque con tentáculos extendidos por varias provincias que incluso llegan hasta Bolivia.
Según se pudo determinar con la pesquisa que realizó el fiscal Diego López Ávila, de Robos y Hurtos I, los malvivientes se especializaban en:
Robo agravado. Se valían de distintos vehículos que usaban por poco tiempo, robados de preferencia en barrios del conurbano bonaerense y otras localidades de esa provincia. “Pudimos establecer que la mayoría de los autos y motos que utilizaban provenían de hechos violentos, robos a mano armada que incluían lesiones. Había otros que eran robados en casas”, reveló el fiscal a cargo del caso.
Asaltos y arrebatos. Los rodados se ubicaban en otras provincias, donde se usaban para cometer otros ilícitos en los que se registran como prueba los mismos dominios.
“Escruches”. Una vez en Tucumán, se especializaban en destinar los automóviles sustraídos en otras latitudes para concretar “escruches”: entraban en casas cuando sus habitantes no estaban y las desvalijaban, aprovechando en más de una ocasión para llevarse también el auto o la moto de las víctimas, con lo que extendían la cadena de ilícitos.
Falsificación. Este era el destino final que tenían los vehículos. robados “Falsificaban los Formularios 08 con mucha precisión; muchos parecían originales. Además utilizaban herramientas profesionales para cambiar los dominios de los vehículos; también en algunos casos los pintaban de otro color”, explicó el fiscal, agregando que con el auto “limpio”, los delincuentes lo ponían a la venta a un precio de revista.
Contrabando. El fiscal sostiene que hay más policías implicados, además del Registro Automotor quienes informaban a los malhechores cuando el rodado que usaban ya estaba en la mira por haber quedado implicado en distintos hechos delictivos, alarma que servía para llevarlos a Bolivia, donde lo remataban, aunque no se descarta que hayan sido cambiados por droga, ya que en la. nómina aparecen mencionados varios narcos.
El miércoles se llevaron a cabo trece allanamientos que derivaron en la detención de cinco de siete sospechosos, mientras que un sexto estaría preso en otra provincia por otro delito y uno más logró mantenerse por ahora en la clandestinidad.
Los nombres de los detenidos se darán a conocer en una audiencia en la que quedarán imputados por asociación ilícita, mientras se prevé que continúen realizando las medidas para llegar a las capas aún ocultas de esta organización delictiva, cuyo cabecilla podría afrontar una condena de hasta 20 años de prisión.