En los últimos días se registraron dos casos que generaron una alerta de las autoridades judiciales por la crudeza y lo salvaje que resultaron. En ambos hechos se trata de ataques a dos personas que recién ingresaban al penal de máxima seguridad de la provincia.
En el medio, una vez más, aparece el sello narco y los posibles ajustes entre bandas. Así las cosas, en uno de los episodios que más indignación y sorpresa causó se encuentra un joven que hacía pocos días había ingresado al penal provincial de Almafuerte al que confundieron con un rival de la jefa narco mendocinaSandra Jaquelina Vargas, alias La Yaqui, quien se encuentra presa y condenada a 15 años de prisión por venta de drogas, lavado de activos y asociación ilícita.
El chico, identificado como Gustavo Marín, fue sometido a sesiones de tortura con una máquina de tatuar casera, con impresiones y pinchazos de tinta en todo su rostro. Uno de los dibujos y escritos sobre su piel llamó poderosamente la atención: “Soy fiel a la Yaqui”. Asimismo, le dejaron marcada la leyenda “La jefa” en el cuello y el dibujo de un pene en una de las mejillas.
Por el hecho, las autoridades judiciales ya han podido identificar al agresor, sobre todo porque en la fotografía donde realiza el tatuaje se puede ver su brazo con una marca que dice “Madre”. La fiscal de Homicidios, Claudia Ríos, lidera la pesquisa y en las próximas horas imputaría al agresor, a quien habrían identificado como Sergio López, un joven que pertenece a una banda contraria a la de la Yaqui. López habría confundido a Marín como uno de los asesinos de un familiar, por lo que estaba convencido que tatuaba a un “angelito” de la jefa narco.
El otro caso aberrante, se trató de una violación de un chico, quien recién ingresaba al penal, a quien le introdujeron un palo en el ano y recibió una golpiza que lo dejó en estado de inconsciencia. Ante este hecho, el juez de Ejecución Penal Sebastián Sarmiento también reclamó una investigación interna contra los jefes de seguridad carcelarios.
En ambos casos se tuvo que hospitalizar a los internos agredidos y se los trasladó a otros penales provinciales.
Fuente: La Nación