En una historia que se repite una y otra vez, la competitividad cambiaria que se obtiene luego de una devaluación se va evaporando con el paso de los meses. Y esta vez no parece ser la excepción. Con una inflación que sigue bien arriba del 2%, pero al mismo tiempo un dólar que pierde terreno en términos nominales, el tipo de cambio medido en términos reales sufre una rápida caída.
El índice del tipo de cambio real multilateral (ITCRM) que publica el Central en forma diaria mide no sólo la evolución de estas dos variables claves: dólar e inflación. También las compara contra la evolución de las distintas monedas de los países que comercializan con Argentina y al mismo tiempo se tiene en cuenta lo que sucede en ellos con la evolución de los precios.
¿Dónde está parada hoy la economía en relación al ITCRM? De la evolución de este índice surgen varias conclusiones interesantes.
– La caída del dólar y el aumento de la inflación llevaron a un deterioro del tipo de cambio real de la Argentina, que se aceleró en las últimas semanas. Como consecuencia, ahora el ITCRM está en su nivel más bajo del año, en 109 puntos.
– Para utilizarlo como referencia, a fin de septiembre de 2018, cuando el dólar había tocado los $42 por primera vez, el tipo de cambio real se ubicaba en 142 puntos, registrados el 28 de septiembre. Aquel fue el punto más alto de la crisis cambiaria, detonó el cambio de presidente del Banco Central, un nuevo acuerdo con el FMI con el sistema de bandas cambiarias. En comparación con aquel pico, el tipo de cambio real ya marca un retroceso de 23%.
– Pero si se compara con el punto de partida de la crisis tipo de cambio real multilateral aún se ubica 21% por encima de aquel momento. La referencia concreta es el 25 de abril, el día previo al primer salto del dólar que obligó al Central a vender USD 1.200 millones en una sola jornada. En aquel momento, con una cotización que apenas superaba los $20, el tipo de cambio real marcaba un nivel de 89,5 puntos.
– De estos datos surge que el dólar está en términos reales a mitad de camino. No es el tipo de cambio “recontraalto” de septiembre pasado, pero tampoco el valor muy bajo de abril. Pero si la tendencia se mantiene, es decir que el tipo de cambio nominal se mantiene estable y la inflación continúa su curso, esa ventaja competitiva se seguirá perdiendo hasta volver al punto de inicio.
Esta evolución marca claramente lo que ya todo el mundo sabe: las devaluaciones pueden provocar un alivio temporario al mejorar el tipo de cambio real, pero al mismo tiempo desatan un fuerte impulso inflacionario. El traspaso de la evolución del dólar a la inflación ya está en el orden del 70%, lo que al menos en parte explica por qué se pierde rápidamente competitividad cambiaria.
Los desafíos a esta altura no son menores. Lo más urgente para el titular del Central, Guido Sandleris, es detener el deterioro cambiario, atacando los dos frentes simultáneos: una baja de la inflación y evitar que siga cayendo el tipo de cambio. Sin embargo, las elevadas tasas de interés de referencia el Central mantienen al dólar muy controlado e impiden por el momento cualquier recuperación.
Pero el proceso es obviamente dinámico. Según el último Relevamiento de Expectativa de Mercado (REM), el consenso de economistas y consultoras marca que el dólar terminará el 2019 apenas por encima de los $ 50. Esto obviamente ayudaría al menos a ponerle un freno a la apreciación cambiaria de los últimos meses. Pero la evolución del dólar probablemente mucho más atada al resultado electoral que a cualquier plan del Central para moverlo hacia arriba o hacia abajo.
fuente: infobae