Hay capas, trajes con brillos, galeras caladas, tocados, plumas, carteras rígidas y vestidos blancos. Todo es blanco. Y todo transgrede los parámetros tradicionales. Es el sello Gaultier, que marca los 35 diseños nupciales que se exhibirán desde mañana en el Salón de los Escudos del CCK. Están montados en inmaculados maniquíes, sobre una gran torta de bodas, iluminada dramáticamente. Los vestidos de novia que suelen ser el broche de oro de las pasarelas de alta costura son retomados por Jean-Paul Gaultier para sentar una posición de lucha contra la homofobia, en defensa del respeto por la diversidad. Cuando, en 2015, en Estados Unidos se legalizó a escala nacional el matrimonio entre parejas del mismo sexo, Barack Obama dijo que pequeños actos de coraje de algunos habían hecho que todos se dieran cuenta de que “el amor es amor”. De ahí toma el título la muestra “Amor es Amor. El matrimonio igualitario según Jean-Paul Gaultier”.
-¿Cuál es el mensaje de su exhibición?
-El amor. Que se pueden celebrar los distintos tipos de amor y el matrimonio es solo un símbolo. Nuestra celebración del amor apunta al hecho de que se ha pasado desde el matrimonio como cierta imposición a que sea reconocido el casamiento de dos personas del mismo sexo, lo que está cambiando en el mundo para liberación de los ritos de los gays.
-Si hubiera tenido la oportunidad de hacerlo, ¿cree que se habría casado legalmente?
-Quizás sí. Y podría haber sido ventajoso para fines fiscales incluso (ríe). Es un modo de justicia. ¿Por qué algunos pueden beneficiarse y otros no? Mi pareja murió de sida -se refiere a Francis Menuge, fallecido en 1990-; fuimos socios. Él tenía el 49% y yo, el 51%. Tuve que comprarles a sus padres la parte que tenía él de la firma Jean-Paul Gaultier, algo que era más mío que de ellos. Ahí, lo importante era la pérdida de la vida y no del dinero, así que a mí no me ocasionó problemas; sin embargo, para otras personas esto sí es un problema, que no se les reconozca el vínculo. No estoy muy a favor de los contratos y todas esas cosas no románticas. Amo ser libre. Pero creo que es necesaria la legalización de las formas diversas del amor. Muchos homosexuales viven negados psicológicamente y socialmente.
-En nuestro país se está debatiendo la despenalización del aborto. ¿Qué transformación considera que…?
-¿Es que todavía no se ha tratado aquí la ley del aborto?
-No.
-¡Madonna mía! No sabía, me sorprendiste. Es terrible. Quizás es peor lo que pasa en algunos países donde ya se discutió y todavía provoca reacción. No me gusta decir qué transformación es más importante que otra, es importante todo aquello que tiene que ver con el sentido humano hacia la libertad y considero que es terrible aquello que va en contra de poder hacer lo que querés con tu propio cuerpo o con tu psiquis.
Pionero en el arte de empoderar
Gaultier gesticula exageradamente al responder, un fiel reflejo de su estilo. El que habla es el diseñador que está a punto de cumplir 66 años, que llegó con 18 y ninguna formación a quien sería su mentor -Pierre Cardin-, el legitimado enfant terrible de la moda. El que vistió a los varones con faldas, puso escandalosos conos en el corset de Madonna e hizo del ícono del cine gay de los 80 -el marinero Querelle- un frasco de perfume que vendió enlatado como producto de lujo, el que dedicó a los hombres y a las mujeres una mirada exenta de estereotipos de género. “Fui educado por una abuela estupenda e inteligente, igual que mi madre. Mi papá era más tranquilo. El rol fuerte en mi familia lo han tenido las mujeres. En los 70 yo mostraba una mujer muy fuerte, a la par del hombre”.
-¿Esa mujer Gaultier de los 70 era tan fuerte como la de hoy?
-Era más fuerte. Porque la igualdad no estaba siendo debatida como hoy. Esa mujer era fuerte a expensas de afrontar muy duramente la oposición del momento. Eso cambió.
-¿Cómo se expresa en la moda?
-La moda refleja la sociedad. Siempre me chocó que las chaquetas de los hombres cierren hacia un lado y la de las mujeres, hacia el otro. ¿Por qué? Para que el hombre saque más cómodo la billetera para pagar (ríe). También en moda ocurren cosas excepcionales: la de los modelos, por ejemplo, es la única profesión en la que los hombres cobran menos que las mujeres. Vivimos una etapa de gran evolución social. Que un hombre de 65 años esté con una mujer de 20 años ha sido festejado, pero mujeres de 60 años con hombres más jóvenes antes no se veía, como Madonna?
-De Madonna a Brigitte Macron.
-Imaginate. Está aceptado y es la primera dama, esto es una evolución genial, pero cuidado, porque también hace más duro al conservadurismo que quiere volver al pasado. Se genera un clima de caos.
-La acusación contra Mario Testino vaticina un impacto #MeToo en la moda, ¿le ha tocado ser testigo de situaciones que hoy serían inaceptables?
-Se habla mucho de esto y es algo que me da miedo porque hay quienes quieren salir a hacer una quema de brujas. Seguramente en todas las profesiones ha habido situaciones de abuso, pero, aparte de uno o dos fotógrafos de los que se hablaban historias, lo que he visto en la profesión de la moda no ha sido mayormente eso. No.
-¿Fue porque no se movió en los carriles tradicionales?
-Tal vez. Es cierto que, por la mujer que yo quería representar, mis musas, modelos y todas mis mujeres eran inteligentes, poderosas y, aunque seguramente estaban en cierta medida obligadas a aparentar docilidad, llevaban su vida con decisión. Seguro que la mayoría de algo puede comenzar como una minoría, siempre hay una posibilidad de evolución.
-¿Es optimista al mirar hacia adelante?
Sí. En la positividad se encuentra solución. Esto no debe ser la guerra. Estamos a favor del amor.
fuente. la nación