Ediles opositores a Mariano Campero, intentaron sin éxito, que se quitaran tributos en las boletas de servicios.
Con los votos de seis de los 10 ediles, el Concejo Deliberante de Yerba Buena aprobó el proyecto de Ordenanza Fiscal Anual 2018 (OFA). Eso significa que, de ahora en adelante, los tributos que los ciudadanos deban pagarle al municipio tendrán un aumento.
La propuesta que obtuvo el visto bueno no fue la que había enviado el intendente Mariano Campero, sino una segunda versión en la que los ediles introdujeron modificaciones. No obstante, destacaron que hubo un trabajo conjunto.
Entre otros cambios con respecto a la ordenanza anterior (la de 2016, porque en 2017 Campero vetó la que los ediles habían formulado), se estableció un aumento de los mínimos en las Contribuciones que Inciden sobre los Inmuebles (CISI). “Se tuvo en cuenta nada más que el proceso inflacionario”, aseguró el peronista Walter Aráoz -presidente de la comisión de Hacienda-.
El tributo -dijo- es calculado con un sistema de cuotas decrecientes, a fin de aumentar la presión tributaria sobre aquellos sectores que pueden realizar un esfuerzo. En adelante, a los inmuebles ubicados en la zona A (con pavimento), por ejemplo, y cuya valuación fiscal sea de hasta $ 90.000 les aplicarán una alícuota del 1%, con un importe mínimo de $ 600 anuales; unos $ 50 por mes.
En los casos en los que la valuación llegue a $ 150.000, se deberá abonar un mínimo de $ 2.000 más el 0,6% sobre el monto de la valuación que exceda la base de $ 90.001. Sin calcular ese porcentaje, serían unos $ 170 mensuales.
Los propietarios de los inmuebles edificados con una valuación superior a los $ 150.000 tendrán que tributar $ 3.780, más el 0,2% sobre el monto de la valuación que supere los $ 150.000.
“Esta OFA es muy parecida a la de 2016. Lo que hicimos fue agregar conceptos y actualizar tasas. Todos los aumentos que se aplicaron corresponden a dos años de inflación. Es decir, a un 42% más, aproximadamente. A los sectores con mayor capacidad contributiva, además del ajuste inflacionario, se les aplicó un 5% más. En las zonas de menor valuación fiscal, en cambio, ni siquiera se adecuó según el proceso inflacionario: el incremento ronda el 30%”, añade Araóz.
Otra novedad es que se creó el denominado THYS, cuyas siglas significan Tributo de Higiene y Salubridad, en reemplazo del TEM (Tributo de Emergencia Municipal). A los locales de juego, por ejemplo, se les elevó la tasa a un 10% -era del 5%-, para desalentar su instalación.
El espacio de ediles compuesto por el macrista Pedro Albornoz Piossek y los radicales Benjamín Zelaya, Lucas Cerúsico y Maximiliano García le requirió al otro sector (Araóz, Héctor Aguirre, José Macome, Javier Jantus, Marcelo Rojas y Rodolfo Aranda) que se incluyera sobre tablas un proyecto para eliminar los conceptos de alumbrado, fundamentalmente. Zelaya remarcó que el presidente, Mauricio Macri, acababa de reclamarles a los municipios y provincias que eliminaran los impuestos que cobran sobre los servicios públicos.
“Debemos hacernos eco de esa demanda. El Estado municipal está exigiendo el pago de servicios que no existen. Sólo quiere ser una máquina recaudatoria. ¿Acaso los vecinos no les dicen que por sus casas nadie barre o nadie recoge la basura?”, preguntó.
El requerimiento fue denegado por el sexteto. “Hubieran venido a trabajar a las reuniones de comisiones. Critican, porque no hacen nada. Son pura demagogia”, concluyó Aráoz.
fuente: la gaceta