Desde hace unos días los concejales de Yerba Buena evalúan sancionar una ordenanza para restringir el acceso al municipio, a fin de mitigar la expansión del coronavirus. De prosperar, este cierre controlado entraría en vigencia de modo inminente y mientras dure la cuarentena resuelta por las autoridades nacionales.

En la práctica, se habilitarían “corredores seguros” en las avenidas y ciertas calles principales y se bloquearían, con barricadas, el resto de las arterias que comunican esa ciudad con sus limítrofes. A los vecinos de los barrios privados Alto Verde o de los situados en la comuna de El Manantial -por ejemplo- se les pediría certificado de residencia o documentación que acredite su domicilio, a fin de que puedan circular.

Las rutas habilitadas serían vigiladas por fuerzas de seguridad. Además, se permitiría el paso de trabajadores y de provisiones (medicamentos, alimentos, artículos de limpieza, dinero para cajeros, combustible, etcétera). En rigor, la Policía y Gerdarmería Nacional ya están realizando esos operativos. Se sumarían los vigías de la Guardia Urbana Municipal. Además, la iniciativa prevé la puesta en marcha de controles de circulación internos.

También se planea obligar a los ciudadanos a usar barbijos para hacer sus compras, obligar a los empleados a atender con barbijos y fijar la permanencia de una persona por cada 10 metros cuadrados.

Una vez que hayan dado ese paso, fijarán lo siguiente: quienes atenten contra la salud pública, al facilitar la propagación de enfermedades, serán penados con una multa que va desde los 1.500 a los 3.000 litros de nafta súper de la petrolera YPF. Es decir, desde unos $ 90.000 hasta unos $ 180.000.

 

 

fuente. lagaceta

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